El PRI y la Secretaría General de Gobierno se enfrascaron en una guerra de papel por las juntas auxiliares. El tricolor puso el dedo en la llaga con el revés que sufrió el gobierno estatal por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que fue contundente y ordenó, al revocar convocatorias del estado, que los partidos se mantuvieran fuera de los plebiscitos.
Y se echó flores: “El PRI, como partido en la legalidad, respetó absolutamente esta determinación del máximo tribunal electoral del país. El fallo del tribunal trajo también, como resultado, que los aspirantes independientes que interpusieron juicios estuvieran dispuestos a defender el proceso hasta sus últimas consecuencias, porque quedó demostrado que sí se puede combatir la ilegalidad”.
Para el PRI, “la Secretaría General de Gobierno ofreció a los poblanos la garantía de plebiscitos sin contratiempos y esto no sucedió. En 37 juntas auxiliares del estado no pudieron realizarse los plebiscitos. Era su obligación y no cumplió”.
A su vez, la Secretaría General de Gobierno trató de sacudirse las acusaciones y recurrió a un lenguaje rimbombante para minimizar las votaciones en juntas auxiliares.
En su defensa, omitió comentario sobre el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Y aseguró que 97.5 por ciento de los plebiscitos se desarrolló exitosamente, sólo en 16 de ellos se construyen los acuerdos para su culminación.
Detrás de toda la polémica que generan las juntas auxiliares, es evidente que siempre ha existido un marcado interés por mantener esa arcaica figura debido al poder electoral que —en teoría— representan.
Según los priistas, históricamente las juntas auxiliares les han representado triunfos electorales que les permitieron recuperar de manera inmediata y hasta en dos ocasiones el gobierno municipal de Puebla capital.
Por su parte, los panistas aseguran que sus tres victorias en la Angelópolis fueron gracias a esas juntas auxiliares, y al hartazgo de los habitantes de esas zonas marginadas en contra del tricolor.
Mito o no, la realidad es que las juntas auxiliares son la mejor muestra del nivel de política en el que hemos sido gobernados los poblanos.
Ni de los partidos políticos ni del gobierno estatal hemos recibido una propuesta congruente y lógica que nos permita hacer a un lado esta obsoleta figura y pensar en una medida emergente para resolver los ancestrales conflictos que se viven en las juntas auxiliares.