En la costumbre gubernamental morenovallista de mentir por mentir, el procurador Carrancá, secundado por su fiel escudero, el subprocurador José Carlos Proal, se ha dado a la tarea de vendernos la idea de que en Puebla contamos con el mejor equipo antisecuestros de todo el país.
Con bombos y platillos han presentado a diversas bandas de presuntos secuestradores, y han presumido la eficiencia de la Procuraduría General de Justicia para enfrentar este delito que atormenta a la sociedad en general.
El problema es que los números no les cuadran.
Por un lado presumen de la eficacia de este grupo antisecuestros y, por otro, los números oficiales dicen que Puebla es uno de los nueve estados con mayor índice de secuestros en todo el país.
Este caso se puede comparar con las políticas sociales del gobernador cuando presume sus avances en esa materia, pero las estadísticas nacionales colocan a Puebla como uno de los tres estados más pobres del país.
No se puede engañar a la gente con historias de calidad en materia de seguridad, cuando la percepción generalizada es de total angustia por parte de la sociedad.
Lamentablemente, la Procuraduría de Justicia no ha logrado sacudirse la imperante corrupción de una de las instituciones más cuestionadas en el estado, además de la maldita burocracia que la convierte en un tormento para todo aquel que tiene la desfortuna de tener que acudir para denunciar un ilícito.
Apenas la semana pasada, una valiente ciudadana se acercó a algunos medios independientes para denunciar las arbitrariedades de un agente del Ministerio Público en San Pedro Cholula, el cual dejó en libertad a quien intentó abusar sexualmente de ella, y hasta ahora no ha encontrado una sola persona que resuelva su problema, pese a que el agresor fue detenido en flagrancia.
Así las cosas, las flamantes instalaciones de la Procuraduría, llenas de lujos y comodidades, se han convertido en un nuevo elefante blanco, ya que la corrupción y la burocracia siguen creciendo, pese a los cientos de millones que costó este nuevo edificio.
Ojalá que algún día Carrancá y compañía se den una vuelta —sin avisar— por los distintos Ministerios Públicos del estado, para darse cuenta de que seguimos exactamente igual que cuando Piña Olaya gobernaba nuestro estado.
Por lo pronto, deberemos conformarnos con decir que Tamaulipas, Michoacán, Estado de México, Morelos, Veracruz, Tabasco, Guerrero y el Distrito Federal están peor que nosotros en materia de secuestros.
Vaya alivio.
Lo que no nos dicen es que cuando Víctor Carrancá recibió la Procuraduría de Justicia, la encontró dentro de los cinco estados con el menor índice de secuestros.
Ni cómo defenderlo.
 
La corrupción de la PJE
Y ya que hablamos de la Procuraduría de Justicia, les adelanto que en una próxima entrega les daré detalles de cómo opera una red de corrupción al interior de esta dependencia, con la complacencia de los altos mandos de la misma.
En esta complicada red participan agentes del Ministerio Público, peritos, abogados, funcionarios del Registro Público de la Propiedad, notarios y hasta connotados empresarios.
La historia no tiene desperdicio y les aseguró que sacará chispas y provocará que rueden algunas cabezas.
Estén pendientes.