‎Si es usted vecino de la ciudad de San Andrés Cholula, seguramente tiene usted un pariente, compadre o amigo que sabe dónde opera una “narcotiendita” o conoce a algún “narcomenudista”.
Y es que en San Andrés Cholula el incremento en la venta de las drogas es realmente alarmante, sobre todo porque éste sería el municipio de todo el estado con más presencia de narcomenudeo, sobre todo por el corredor de “antros” que se ubica sobre la 14 Oriente y en Los Contenedores de la 12, donde la principal clientela son adolescentes de entre 15 y 18 años de edad, además de jóvenes que no pasan de los 30 años.
En esta mafia del “narcomenudeo” existen diversas organizaciones clandestinas que se disputan la clientela, mafias que han incurrido hasta en violentas ejecuciones y que en muchos casos han solicitado el amparo de diversos tipos de autoridades. 
En San Andrés Cholula la encargada de la Secretaría de Seguridad Pública es Jazmín Marques Rodríguez, con antecedentes de trabajo en corporaciones federales y gente cercana a Facundo Rosas Rosas, el secretario de Seguridad Pública Estatal, la cual presume de mucha experiencia y trata con la punta del pie a todos sus subordinados, incluso a los que no lo son.
Si usted revisa las actividades en materia de seguridad pública se dará cuenta de que las acciones contra el “narcomenudeo” en la ciudad de Puebla, en San Pedro Cholula y en otros municipios han sido constantes, menos en San Andrés Cholula.
¿Sabrá usted dónde anda la secretaria de Seguridad Pública?
 
La nueva dirección para recibir denuncias y quejas
Después del desagradable robo de toda la información del correo [email protected], le presentó la nueva dirección donde puede usted denunciar cualquier abuso o exceso: 
Seguimos adelante.
Por cierto, ésta fue la última información que llegó al correo robado
 
‎Michel Barranco Munguía, lo investiga la PGR
Seguramente usted  —si usted es todo un sibarita—, que acude a todos los restaurantes y bares del “glamur”, lo debió haber visto alguna vez. Se llama Michel Barranco Munguía, se identifica como “prominente” empresario y gusta de trasladarse en vehículos de súper lujo, además de que se hace acompañar de una escolta de hombres armados que, en forma discreta, lo siguen en otro vehículo.
Seguramente usted debe pensar que si no es empresario ni político, entonces debe pertenecer a la delincuencia organizada, de los que han decidido vivir en la costosa zona del Angelópolis, que únicamente advierten fuerzas policíacas federales, porque las del estado sufren de una conveniente ceguera.
Pues sí, Michel Barranco debe vivir en San Andrés o en San Pedro Cholula, pero no es del tipo de criminales de “cuerno de chivo” bajo el brazo o granadas en una de las bolsas de su pantalón. La Procuraduría General de la República  lo estaría investigando y buscando como presunto responsable de cuantiosos fraudes, cometidos en complicidad con empresarios bancarios; también lo investiga la General de Justicia de Puebla, pero con más discreción.
La manera de operar de nuestro protagonista, de acuerdo con la denuncia anónima llegada a esta columna, es simple: tomando en consideración su complicidad con personajes de las instituciones bancarias primero roban la identidad de un cuentahabiente y la foto de otro, luego las juntan y realizan operaciones comerciales que van de los 100 mil al medio millón de pesos, buscando que su víctima no esté boletinada en el Buró de crédito; cuando los afectados se enteran, la felonía ha sido perpetrada.
Este hombre, según la denuncia, estaría dispuesto a reunir la suma de 38 millones de pesos para poder cubrir una fianza que estaría amparando la libertad de su hermano Yuseef Barranco Munguía, aprehendido por la Procuraduría General de la República por un fraude a por lo menos 300 personas, a quienes, a través de la empresa Invercapital, estafó con sumas que van de los 25 mil al millón 800 mil pesos.
Yussef también fue acusado por diversos despojos en las zonas de San Pedro Cholula, Palmar de Bravo y Cuetzalan, donde se hizo de extensas propiedades de terrenos que se encontraban en litigio o que sus propietarios habían muerto, contando con la complicidad de Mario Francisco Méndez López, alias “El Mallen”.
¿Se acuerda usted del “Mallen”?
Nos vemos cuando nos veamos.