De los dos gobiernos que el PRD ganó al ir en coalición electoral con el PAN en las elecciones de 2010, Puebla y Sinaloa, en los dos casos los gobernantes tuvieron su origen en el viejo PRI.
En los dos gobiernos no hay o hubo algún miembro destacado en los respectivos gabinetes, sólo les dieron a los perredistas pequeñas “migajas”.
En Puebla, el gobierno morenovallista desapareció el Instituto sobre Medición de la Pobreza y recientemente borró de la estructura gubernamental el Instituto del Adulto Mayor, el único espacio que tenían los del Sol Azteca.
Hasta hoy, nadie del PRD poblano tiene algún puesto importante en el gabinete estatal.
Los dirigentes locales y el exdiputado local Eric Cotoñeto Carmona sólo se conforman con obtener beneficios económicos y favores para su camarilla, entre ellos Luis Miguel Barbosa Huerta.
Los acuerdos copulares en el PRD desaniman la participación de los verdaderos militantes, formados en la doctrina de izquierda y forjados en las calles, del lado de los movimientos sociales.
Con la incorporación de Luis Maldonado Venegas, actual secretario general de Gobierno, el morenovallismo simula que en su administración hay un miembro de la izquierda legal y cooptada.
Es un pacto sin duda alguna signado entre las elites; por un lado, la corriente de los “Chuchos”, Nueva Izquierda, recompone, accede y acepta que Maldonado Venegas sea parte de esa corriente para medio “prestigiar” a este partido dividido y enfrentado en Puebla, además para equilibrar fuerzas con la del senador Barbosa Huerta, que lo ha mantenido secuestrado por más de 15 años.
Después, será el puente de comunicación y acuerdos entre el gobernador y la corriente de los llamados “Chuchos”, más aún cuando Carlos Navarrete Ruiz, candidato a la dirigencia nacional, sea impuesto por Nueva Izquierda.
Así, Maldonado Venegas, quien jamás en su vida ha militado en la izquierda mexicana, podría ser dirigente estatal o diputado federal por ambas vías.
Con él, Moreno Valle garantizará contar con los enlaces y la presencia en la próxima bancada del PRD.
Al actual secretario de Gobierno tampoco se le sabe alguna aportación a los movimientos de izquierda, fue más bien un cuadro del PRI, presidente de Convergencia y dirigente de facto del Panal. Desde su sociedad de geografía y estadística, o de sus fantasmales organizaciones civiles, ha asesorado y vendido servicios políticos disfrazados, para posicionarse políticamente.
Ha sido un político contrario a las ideas de la izquierda y la combatió en los años 80. Actualmente, persigue y ataca con fuerza a otros perredistas en Puebla, caso de la diputada federal Roxana Luna.
Hasta donde se conoce, hay un proceso de afiliación en el PRD a nivel nacional, en donde todas las corrientes afilian a sus miembros para el proceso interno que se avecina en agosto. Hay módulos de afiliación en cada estado y quien decida afiliarse a dicho partido lo puede hacer de manera individual.
La fastuosa ceremonia en las oficinas del PRD nacional fue un acto mediático para presumir la alianza de los “Chuchos” con el gobernante poblano. No había necesidad de hacer esta faramalla. Maldonado Venegas no es un ciudadano de primera y tampoco un supuesto miembro del PRD con privilegios.