El exagente del Ministerio Público federal y exdirector administrativo de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM) Miguel Jiménez Castillo fue aprehendido por agentes de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) e internado en la cárcel distrital de San Pedro Cholula, por delitos de corrupción de menores y por prestar ayuda al crimen organizado.
La PGJ involucró a Jiménez Castillo en el secuestro que sufrió su hijo a manos de presuntos integrantes del cártel de los Beltrán Leyva, por lo que tuvo que pagar una fuerte suma de dinero para que lo liberaran.
La realidad pudo ser que Miguel Jiménez tomó dinero de los Beltrán para conseguirles en Puebla dos casas e identidades falsas, y se quedó con el dinero, por lo que lo “obligaron” a regresarlo.
Todo esto pasa en un gobierno que, pese a que se precia de “vivir en calma”, tiene infiltrada su propia casa; Miguel Jiménez es hermano de la diputada federal por el PAN Blanca Jiménez Castillo y esposo de la exdirectora del Instituto Poblano de la Mujer.
La detención de Jiménez ocurre el mismo día en que el presidente de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales del Congreso del estado, Francisco Rodríguez Álvarez, del PAN, fue acusado por influir para que su socio, el empresario textil Alejandro D. Artíguez, no fuera trasladado a la cárcel de Tehuacán, como presunto responsable de un fraude de 7 millones de pesos.
“Qué bonita familia política”.
Ya hay procuradora de Justicia en Guadalupe Victoria
Se llama Briza Mora López, no tiene mucho que fue nombrada agente del Ministerio Público del municipio de Guadalupe Victoria, aunque la funcionaria debió haber malentendido su nombramiento y ella debe pensar que fue como procuradora de Justicia.
Le voy a explicar. Mora López ya había sido clasificada como una “anfitriona nata”; se encargaba de organizar las fiestas de sus compañeros, de ir por el pastel, de cantar “las mañanitas” y de estar en todo menos en su trabajo, de hecho, su principal problema fue que siempre se vincula en dimes y diretes, pero ahora se le pasó la mano.
Al tomar posesión, Briza de inmediato se entrevistó con el presidente municipal de Guadalupe Victoria y le exigió que le pintara la oficina del Ministerio Público, que le cambiara todo el mobiliario, incluso las computadoras y, a base de la amenaza de “si no me da todo lo que le pido, yo no trabajo”, logró ésas y otras canonjías. Le dieron tres computadoras nuevecitas, hasta las cortinas le compraron.
Para el auxilio de su trabajo, a la abogada Mora la presidencia le puso a su disposición a una secretaria del municipio que ganaba mil 500 pesos a la quincena.
La agente de inmediato pidió hablar con el presidente municipal y le exigió que a la “secre” le aumentaran su salario a 3 mil 500 pesos a la quincena y le fue aceptado, luego pidió otro secretario o escribiente que ella iba a designar, tratándose de un Javier, que ya había trabajado en esa agencia y que realmente es criminólogo, de quien pidió le pagarán el hospedaje y sus respectivos 3 mil 500 pesos; entonces, el presidente le dijo que no, que no le alcanzaba.
La agente, molesta, ordenó que reunieran a los cinco presidentes del mismo número de juntas auxiliares, sólo llegaron cuatro, y a todos los regañó; les dijo que deberían unirse administrativamente para que la Agencia del Ministerio Público fuera “de lujo”, sólo uno le reclamó sus desplantes, el de Quimixtlán, el resto acepto sus “órdenes”.
Luego, la agente del MP —nueva procuradora— dejó de asistir a su moderna oficina, mejor se presentó en desayunos, actos políticos, comidas, ceremonias escolares y en todos ellos ordenó que fuera festejada su presencia, de nuevo la oficina quedó acéfala, eso sí, con “buen gusto”.
Luego le platico más.
En La Resurrección opera presidente auxiliar misógino
El jueves, Leonardo Báez Serrano tomó posesión como presidente de la junta auxiliar de La Resurrección, como resultado de una segunda votación y tras escándalos que nublaron el primer proceso.
No faltó quien se preguntara cómo es que le hizo para presentar unos “antecedentes penales impecables” si en el año del 2005 estuvo sujeto al proceso 514/2005 por haberle pegado, hasta por debajo de las muelas, a su mujer, Cecilia Guadalupe Zapotitla Acero.
La “irregularidad” debe ser aclarada porque un presidente auxiliar “misógino” estaría operando en un estado donde las autoridades presumen del respeto total y el reconocimiento a las mujeres.
Dolores Parra ordenó que calentaran a su marido
Usted debe recordar que el viernes 9 de mayo pasado la expresidenta municipal de San Pedro Cholula, María Dolores Parra Jiménez, denunció que su domicilio, en la 2 Sur y la 7 Oriente, había sido asaltado por un “comando” de cinco sujetos armados que golpearon a su marido, el doctor Marco Antonio Tepanécatl Romero, y a uno de sus hijos, que se habían llevado una camioneta Explorer blanca, además de una cuantiosa suma de dinero.
No fue cierto, doña Dolores pudo haber fingido un asalto. Cuando estaba denunciando que tenía una hora que hombres armados habían ingresado a su casa, ella no se dio cuenta de que el grupo Táctico y de Inteligencia de la Policía Municipal estaba dentro de su casa y en el estacionamiento estaba la camioneta que decía robada.
El mismo doctor Tepanécatl dijo que no fueron cinco, sino dos hombres armados los que se metieron a su casa y fueron directo a él y le metieron una andanada de puñetazos y patadas, luego lo amarraron con cinta “canela” y se llevaron dos teléfonos celulares y una laptop, como para justificar un robo y una “calentadita”.
La razón de la golpiza es muy simple, el doctor tiene “corazón de pollo” y anda en ¿malos pasos?, por lo que le quisieron dar un escarmiento.
“Cuando veas las barbas de tu vecino…”
Nos vemos cuando nos veamos.
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