Nueve integrantes del cartel de los “Zetas” en estos momentos se encuentran internos no en el penal de Cholula, sino en el Centro de Mediana Seguridad de Tepexi de Rodríguez, acusados por delitos contra la salud, además de extorsión.
Todos ellos forman parte del crimen organizado, sin embargo, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) minimizó sus actividades delictivas por dos razones: la primera, porque este gobierno de Puebla pretende encubrir al crimen organizado, no porque todos se encuentren “embarrados” de corrupción, sino que les preocupa que Puebla salga a la vista pública que la seguridad de los poblanos se le está saliendo de las manos de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, y que el estado podría "calentarse" de un momento a otro.
La segunda es el miedo de quienes han sido víctimas de extorsión que no han tenido el valor de denunciar a quienes las han sometido física y verbalmente.
‎Los nueve consignados, de acuerdo con versiones extraoficiales, no sólo estaban implicados en el tráfico de drogas, en la venta de protección y “levantones”, sino también en el robo en ductos de Pemex, en ejecuciones y otras felonías más que los harían dignos de ser investigados por la Procuraduría General de la República (PGR) o por la misma Secretaría de Marina, son, entre otras cosas, una célula de una peligrosa organización delictiva que está operando en Puebla, con una fuerte presencia en Atlixco, en Cholula y muchos otros municipios del estado.
Pero todos estos sujetos no tendrían tal fuerza si sus víctimas tuvieran el valor de denunciarlos y las autoridades el valor de atender las denuncias.
Además, la PGJ omitió investigar, o sí lo hicieron y no les convino lo que les dijeron, si los detenidos entregaban sobornos a algún jefe policíaco para que les permitiera seguir con sus actividades porque los sospechosos, antes de ser detenidos, no en un operativo y sí en un “chiripazo”, llegaban a cualquier lugar portando armas largas, en vehículos de lujo, sin que nadie les dijera nada.
No sólo se debe investigar las actividades de estos nueve sujetos, además de a quiénes les pagaron protección, porque éstos también deben ser castigados.
 
Juez penal de Tepeaca, ¿líder de la corrupción?
¿Qué más se puede decir del ciudadano juez de Tepeaca, José Luis Arenas Juárez?
Que ha dejado libres a por lo menos dos delincuentes de peligro.
Que ha falsificado firmas.
Que acosa a sus empleadas y hasta se retrata con ellas.
Que su señora madre siempre lo protege.
Lo nuevo es que al señor juez le ha dado por ocultar expedientes, y hasta “desaparecerlos”.
Existen casos de abogados litigantes que se han quejado porque no saben si su expediente fue enviado a la basura o simplemente lo tienen “secuestrado”. 
Contando con la complicidad de la oficial mayor del juzgado, Verónica Vázquez Guevara, se ha dedicado al fructífero negocio de interrumpir la justicia.
No pregunte ahora qué va a pasar: el juez tiene inmunidad, casi como el 007.
 
Secretario de Acuerdos maloso
La queja debe estar en el escritorio del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).
Al secretario de Acuerdos, Arturo Osorio Rivera, le dio por negociar los juicios sumarios.
Quien no le llega al precio está exento de tener este beneficio, que debe ser gratuito.
Ni hablar, en el Poder Judicial nada ha cambiado.
Nos vemos cuando nos veamos.