Ahora que la FIFA investiga a la afición mexicana por las supuestas agresiones verbales en contra de los homosexuales, seguramente entenderán de mejor manera la absurda postura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que resolvió en contra de este columnista por el uso de las palabras puñal y maricón, por considerarlas homofóbicas.
Al igual que la Corte, esta vez la FIFA subió al banquillo de los acusados a quienes utilizan “incorrectamente” este tipo de palabras, sin considerar las condiciones culturales de un pueblo dicharachero como el mexicano.
El grito de “Puutoooo”, nacido en el estadio Jalisco hace algunos años para hostigar a los arqueros de los equipos visitantes, fue adoptado por toda la afición mexicana, la cual ha hecho retumbar los estadios en donde el Tricolor hace acto de presencia.
Evidentemente, la ignorancia de los jerarcas de la FIFA respecto a la idiosincrasia de nuestro país los ha escandalizado a tal grado1 que hoy contemplan la posibilidad de sancionar al Tri con una fuerte multa, o hasta la eliminación del torneo.
Resulta imposible imaginar un partido en México sin que en las tribunas se escuchen mentadas de madre, insultos a los jugadores y hasta el clásico “culerooo” al árbitro que atenta contra el equipo local.
Como buenos mexicanos, sabemos que el “Puutooo” al portero ni acusa ni cuestiona la sexualidad de los arqueros. Tendrían que entender que las aplicaciones que le damos a esta palabra son tan variadas que podríamos escribir un tratado para todo lo que decimos en torno a esa palabra, junto con todos sus sinónimos.
Sobra decir que puto, puñal, maricón, joto y otras más también se utilizan para expresar cobardía y falta de valor o decisión.
Nada tienen que ver los movimientos y los sonidos de simios que hacen algunos aficionados en contra de jugadores de color, con el grito de la afición mexicana hacia los porteros rivales.
En el caso de las bananas arrojadas a los jugadores africanos existe una clara intención racial, la cual no tiene sesgos ni requiere de interpretación.
No así con las acciones que hoy investiga la FIFA contra la afición mexicana, donde los porteros no tienen ningún antecedente que los pudiera señalar como homosexuales y que partiendo de esa suposición los hinchas mexicanos ofendieran esa preferencia personal.
Es un grito popular que no entienden los santones de la Federación Internacional de Futbol Asociado.
Que no sean mamones.
Pero qué podemos esperar de los altos mandos de la FIFA, si los eruditos ministros de la SCJN no entendieron el sentido que este columnista dio a las palabras puñal y maricón.
Irónicamente, hoy los mexicanos estamos en el banquillo de los acusados por culpa de nuestro lenguaje.
Eso nos pasa por ser tan pinches groseros.
Por lo pronto, esperaré el partido del lunes para volver a gritar: "Puutooooos…"