La postura política de los diputados federales y senadores de la izquierda mexicana despedazó el show marketinero del morenovallismo, que en la víspera trató de justificar la brutal represión en San Bernardino Chalchihuapan.
El cerco mediático no pudo evitar que la crisis morenovallista, provocada por la brutal represión en contra de los habitantes Chalchihuapan, llegara al Senado de la República.
La izquierda —PRD, PT y Movimiento Ciudadano— arremetió contra la política represora del gobernador panista, que pretende convertirse en presidente de la República.
Video, testimoniales de viva voz, pruebas físicas como la bala de goma de 12 milímetros con alerón estabilizador, la granada triple Chaser, la granada Han-Ball y la granada T-16-OC —armas catalogadas por Amnistía Internacional como letales— dieron sustento a la postura política del senador del PRD Alejandro Encinas, del coordinador de los diputados federales de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal Ávila, del senador del PT Manuel Bartlett Díaz, de la diputada del PRD Mariana Bautista Bravo y Miguel Alonso Raya, vicecoordinador del PRD en la Cámara baja.
Así, en bloque, la izquierda que alguna vez se alió con el morenovallismo para apoderarse de la gubernatura de Puebla condenó la política represiva del gobierno estatal y exigió la renuncia del gobernar Rafael Moreno Valle.
El exgobernador Manuel Bartlett Díaz condenó la represión que ha encabezado Moreno Valle en el estado de Puebla, donde “las víctimas son dirigentes sociales, gente que defiende sus propiedades y ciudadanos comunes y corrientes… es una acción brutal del gobernador".
Y exigió que la Comisión Nacional de Derechos Humanos y su titular, Raúl Plascencia Villanueva, se pronuncien, que “se manifieste de inmediato para detener esta furia destructiva de Moreno Valle… Esperamos pronto que tome decisiones”.
Los legisladores demandaron a Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Secretaría de Gobernación, de la administración de Enrique Peña Nieto, que deje de encubrir y solapar a Moreno Valle, tal y como hizo con la tolerancia y negligencia al permitirle la aprobación primero y la aplicación después de la llamada “ley Bala”.
La pesadilla que vivieron los habitantes de Chalchihuapan hace una semana ayer le tocó vivirla políticamente al habitante de Casa Puebla ante el Congreso de la Unión.
El efecto Chalchihuapan sigue creciendo en detrimento del morenovallismo, que ahora tendrá que enfrentar las acusaciones directas de la izquierda.
La negociación política, el siguiente paso.