La maquinaria morenovallista dejó de funcionar, seguramente las ondas expansivas de los "cohetones detonados" en Chalchihuapan afectaron un gobierno que parecía funcionar como un fino y complicado reloj suizo.
Desde ese día, cada una de las complicaciones —como los maestros relojeros llaman a las variantes de cada una de sus piezas— políticas empezó a trabar la maquinaria de un gobierno que hoy simplemente no funciona.
Y peor aún. Cada intento que se hace para volver a hacer funcionar la maquinaria terminan por trabarla más y más, sin que ninguno de los supuestos expertos puede devolver el ritmo y exactitud con el que parecía funcionar el gobierno morenovallista.
Al parecer, los daños causados por el "efecto Chalchihuapan" son irreversibles.
De inicio, pensaron que la negación de los hechos controlaría el problema. Ante el crecimiento del conflicto, pasaron a la mentira constante y sostenida. Y terminaron sumergidos bajo una ola de errores, hundidos en una crisis que no termina y que difícilmente terminará.
Y cómo va a terminar, si el morenovallismo se empeña en acrecentar el enojo social de los poblanos.
Cuando no son los despidos masivos de burócratas, es la privatización del agua con sus desmedidos aumentos, o el arrebatarle los registros civiles a los municipios y muchas otras acciones que enervan a la gente.
Pero no contentos con ese enojo, a unos cuantos días de la anunciada “cadena humana” para exigir la renuncia de Moreno Valle, se les ocurrió volver a las andadas, ahora para hacer efectiva la expropiación de un predio en Cholula, justo a un lado de la zona de las pirámides.
No me explico cómo es posible que nadie le haya advertido al gobernador el escándalo que generarían por esta acción expropiatoria a través de la llamada “ley del Despojo”.
Si la ansiedad del Señor de las Balas lo lleva a tomar decisiones apresuradas no es posible que nadie le pueda explicar el alcance y las consecuencias de sus actos.
Es evidente que este nuevo acto de autoritarismo aumentará el interés de los poblanos para sumarse a la “cadena humana” y además sumará detractores al proyecto político morenovallista.
Entre más pasa el tiempo, más me convenzo de que el gobernador está solo y que sus asesores terminaron anulados, por el miedo a las reacciones de su jefe.
Hoy en Puebla ya no se gobierna con inteligencia, sino con ocurrencias que demuestran la desesperación de un grupo que dejó a un lado la conciencia para dar paso a la paranoia.
Lamentablemente para nosotros los poblanos, la desesperación de los miembros del grupo en el poder los ha convertido en caprinos paranoicos, acorralados en un laberinto de cristal.
 
Las tablets de los suspirantes
Ante la complacencia de la delegación federal de la SEP, el gobierno del estado ha entregado miles de las tabletas a personajes ajenos a la Secretaría de Educación Pública estatal, para que las entreguen personalmente a los niños de quinto año, en actos públicos y con carácter inminentemente electoral.
En mi entrega del día de ayer, cité al expresidente municipal de Zacatlán Mario Cruz González y a la directora del Instituto Poblano de las Mujeres, Verónica Sobrado.
Casualmente, ambos personajes se perfilan para las candidaturas panistas a las diputaciones federales por los distritos de Zacatlán y Tehuacán, respectivamente.
Pero tras mi columna de ayer, recibí más información sobre otros dos suspirantes, que recibieron la "honrosa" distinción de entregar más tabletas.
El primero fue nada más y nada menos que el jefe de la oficina del gobernador, Juan Pablo Piña, quien entregó tabletas en diferentes primarias de Teziutlán. Y el segundo fue el exacalde Omar Martínez Amador, en primarias ubicadas en el distrito de Huauchinango.
Bonito asunto, la SEP estatal entregó las tabletas enviadas por Peña Nieto a los que serán los candidatos panistas a diputados federales.
Y todo con la complicidad del delegado federal de la SEP, José Alarcón.
Bien dicen que nadie sabe para quién trabaja.