Es un movimiento social que surgió para enfrentar la imposición y falta de transparencia del morenovallismo.
El Círculo de Ciudadanos Unidos por una Cholula Viva y Digna es un movimiento que logró frenar las expropiaciones en la zona de la pirámide con una simple estrategia: despertar el sentido de pertenencia y orgullo de ser cholulteca.
Por la retórica que este movimiento utiliza para arengar en las redes sociales a los cholultecas, reproducimos algunos fragmentos de su breve historia, narrada por ellos mismos.
 
El martes 7 de octubre cerca de las 3.40 de la madrugada, el Gobierno Estatal y el Gobierno Municipal de San Andrés Cholula decidieron golpear duro, dar un puñetazo sobre la mesa para acallar las voces cholultecas que le estaban poniendo un freno a la ambición del gobierno... 
…En los últimos meses, un grupo de valientes cholultecas se unieron para decirle al gobierno: EN CHOLULA NO PASARAN! 
Muchos de nosotros dejamos de lado trabajos, actividades propias, pasatiempos y hasta descuidamos nuestras casas para ponerle el cuerpo a la lucha.
El día 24 de agosto, algunos de nosotros organizamos un círculo humano para proteger a la pirámide y el santuario de la Virgen de los Remedios. Dos días después, frente al despojo de nuestros campo, un grupo mucho mas grande de cholutecas nos reunimos en lo que fue la primera asamblea del pueblo, conformando este gran movimiento: “Ciudadanos Unidos por una Cholula Viva y Digna”. Allí estábamos todos aquellos que pensábamos que era posible ganarle a este gobierno, los que sentíamos que era posible hacerles entender que acá no se entra como se quiere, que acá se pide permiso para entrar y para hacer. Y si no es así, pues entonces ni se entra ni se hace. Y el pueblo cholulteca NO quería ni esa expropiación ni esa Plaza de las 7 Culturas. 
Esto, como era de esperarse, no fue para nada del agrado del gobierno estatal ni del municipal. Ellos no entendieron por qué ahora éramos nosotros los que exigíamos, los que queríamos mandar, como es nuestro derecho constitucional. Ni lo entendieron ni hicieron nada para entenderlo. Ni dialogaron, ni respondieron a nuestras preguntas, ni nos propusieron soluciones; nos mintieron abiertamente, se escaparon y no dieron la cara al pueblo que el día de las elecciones los había elegido.
Entonces, cuando se dieron cuenta de que el pueblo estaba levantándose como los legítimos dueños del territorio y de que no teníamos miedo, optaron por el camino más fácil: ejercer la violencia. Llegaron ese martes a la madrugada, golpearon, se llevaron a 4 de nuestros compañeros: Primo, Albino, Adán y Paul. Y luego de eso, los gobernantes se sentaron a esperar que todos nos quedáramos calladitos, porque “así se ven más bonitos”, como el propio Jefe de Policía de San Andrés lo dijo mientras sus subordinados invadían nuestro espacio sagrado de la Parroquia de San Andrés para bajar a los que repicaban, esa misma madrugada.
Desde ese momento, los gobernantes lograron detener momentáneamente nuestras acciones. Fue algo natural, humano y espontáneo: de repente, nuestras acciones, pensamientos y oraciones se enfocaron a ayudar a sacar a nuestros compañeros de la prisión. Algunos de nosotros tuvimos que dar un paso al costado en la exposición pública para no dejar que, una vez más, el gobierno tenga la oportunidad de dar su puñetazo en la mesa con otra encarcelación, generando aún más conflicto confusión y división en el pueblo cholulteca. Ellos tienen muy claro que el CAOS es el mejor ambiente para crear confusión, división y desorden. Ésa ha sido la apuesta del gobierno. Ellos tienen una vasta organización de muchos años, corruptos pero bien organizados. A nosotros nos cuesta, porque estábamos adormecidos y de a poco vamos despertando. Por eso es importante cuidarnos, cuidar esto que es de todos. 
Estamos claros en algo: NO CEDEREMOS AL MIEDO. Dentro de nosotros sigue latiendo el mismo corazón fuerte cholulteca que nos empujó desde los primeros días, nuestros cuerpos están lejos y también están nerviosos y ansiosos por volver, pero también sabemos que, mientras muchos cholultecas están hoy poniendo el cuerpo, nosotros, lejos de nuestro hogar, estamos aportando nuestro grano de arena, desde el acceso a la información, desde las redes sociales, desde informar a las personas que acceden a estos medios y que también son necesarias, desde hacer presión desde otros ámbitos diferentes a los de nuestro pueblo. Ayer nos tocó poner el cuerpo; la misión que nos toca hoy, no es la que elegimos libremente, es la que este gobierno sin escrúpulos nos ha impuesto, pero que con la ayuda de Dios, pronto vamos a superar para que nuestros cuerpos también estén en Cholula.
 
Éste es el sentimiento y pensar de un movimiento social que reaccionó ante la imposición y falta de transparencia de un gobierno.
¿Cuántas Cholulas más surgirán?