1. Hace unos años Andrés Manuel López Obrador pronunció una frase que impactó a los conservadores mexicanos. Textualmente, dijo: "Al carajo las instituciones". Seguramente pronunció "a la chingada las instituciones"; pero algún funcionarillo de prensa del gobierno del DF, de esos días (clasemediero desideologizado total), la ha de haber suavizado para evitar lo que es natural cuando uno agrede los intereses ilegítimos o ilegales o ambos de los privilegiados. 
2. Todos y cada uno de los beneficiarios por la feroz antidemocracia de los últimos 30 años, la misma que aniquiló al Estado benefactor mexicano, aquel que llegó a tener menos del 40% de pobres (hoy son 63%), se lanzaron como canes en celo exigiendo la retractación del líder de la izquierda social (no la de la institucional mantenida por nosotros). 
2.1. Su respuesta fue simple, pero ya no tan publicitada, pues la idea había permeado en diversas capas sociales, sobre todo entre los agredidos por la corrupción administrativa, impositiva o policíaca. 
2.2. Contestó el líder: "Preséntenme a una institución limpia de corrupción que dé rendimientos a la sociedad en forma notable, y públicamente ante toda la prensa pediré disculpas. Nadie de los defensores de la institucionalidad nacional se atrevió a ello. ¿Por ignorancia en el campo de la polémica, por falta de experiencia política, por temor ante el gran expositor que es AMLO? 
3. A estas alturas vistas las cosas que acontecen diariamente en toda nuestra patria y en nuestra matria, que es Puebla, opinemos sobre las instituciones locales para asentar piso local: 
3.1. ¿Funciona éticamente el organismo de la información para la transparencia gubernamental y que nos cuesta millones de pesos?
3.2. ¿Hay razón lógica para la existencia de los dos organismos electorales existentes y que nos cuesta millones de pesos?
3.3. Las secretarías de Educación y de Gobernación, el área de agricultura, de obras públicas, la de seguridad, ¿están realizando tareas para enaltecer a la poblana sociedad?  
4. El Poder Legislativo dirigido en forma brillante por el señor licenciado Eukid Castañón, ¿equilibra, contiene constitucionalmente al Ejecutivo estatal en sus excesos programáticos, nacidos de su hoja de ruta para la Presidencia de la República? Sea ciudadano y opine por favor. 
 
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