Como aspirante que es a la candidatura al gobierno del estado, Mario Rincón González perdió al más avanzado estratega en la alquimia electoral que había en el gabinete estatal: Omar Álvarez Arronte.
Y de paso el secretario general de Gobierno, Luis Maldonado Venegas, perdió al negociador que mejor conocía a los cabecillas de los grupos de presión que operan en el estado y con quien se tiene que coexistir desde Casa Aguayo, como si de un matrimonio venido a menos se tratara.
Ese valor cobra particular relevancia si ha de subrayarse la ausencia de pertenencia de funcionarios que acompañan al encargado de la gobernabilidad en Puebla, oriundos casi todos de Morelos, Tabasco o Hidalgo, y que en tal condición no atinan muchas veces a saber siquiera sobre los datos más elementales de la composición socio-política del escenario local.
Presionado por el propio Maldonado Venegas, Álvarez Arronte dejó el cargo que había ocupado apenas hace tres meses como director general de delegaciones en la propia Secretaría General de Gobierno en septiembre pasado, junto a un puñado de operadores del mismo talante.
La última aparición pública del exfuncionario neomorenovallista había sido en medio de uno de los tantos periodos de crispación política ocurridos el último año, alimentados por un amplio sector inoperante de la administración en turno, cuando fueron detenidos líderes opositores al despojo de tierras disfrazado de expropiación en Cholula para construir el denominado Parque de las Siete Culturas, en octubre pasado.
Y fue también cuando desautorizó la SGG a su propio negociador en un trance para el que se requería olfato y tacto que condujeran a una salida política para evitar mayores conflictos en un contexto de polarización absoluta que hoy en día no termina aún.
De acuerdo con una nota en La Jornada de Oriente (8/10/14), firmada por el periodista Martín Hernández, el director general de delegaciones estampó su firma en una minuta que comprometía la liberación de los Xicale, Adán y Paul, además de los hermanos Albino y Primo Tlachi, líderes de la oposición a un proyecto de desarrollo turístico en San Andrés y San Pedro Cholula.
"... se desmiente a quienes han informado erróneamente que se ha pactado la liberación de los detenidos al margen de la ley (...) por lo anterior no será posible obsequiar las demandas formuladas que contravengan los procesos jurídicos", decía el comunicado de la SGG.
Álvarez Arronte fue jefe y aliado de quien hoy ocupa en el gobierno aliancista la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial desde que ambos manejaron con afanes patrimonialista el Colegio de Bachilleres, en el periodo sexenal del priista Melquiades Morales Flores.
El exfuncionario de Casa Aguayo tenía todas las de perder. Ajeno al grupo cercano a Maldonado Venegas, en el que el veracruzano es casi venerado y claramente identificado con su compañero de viaje, que mueve piezas para obtener la estafeta en el periodo sucesorio del próximo año, terminó por dejar el cargo para el que fue seleccionado por el propio gobernador Rafael Moreno Valle.