El gobernador Moreno Valle maneja un doble discurso en el tema del presupuesto y la austeridad. Por un lado, les exige a los presidentes municipales amarrarse el cinturón y, por el otro —por su obsesión por el 2018—, mantiene el dispendio en el área de Comunicación. Además, los dos principales consorcios televisivos mantendrán intactas sus ganancias.
Vaya cinismo. Recordemos cómo el pasado 29 de octubre el Señor de las Balas demandó a los ayuntamientos tomar previsiones; “sería muy lamentable que no se aprieten el cinturón y que luego en el mes de diciembre, que es un mes difícil, estén sufriendo porque hay que pagar aguinaldos”, así lo dijo.
Sin embargo, él dispone a manos llenas. 
Las partidas para el Teletón y la Ciudad de las Ideas son intocables; en tanto, el gasto para el área de comunicación tiene variaciones mínimas.
Retomemos un fragmento de la nota del periodista Mario Martell, quien detalla cómo se mantienen las prebendas para los dos principales televisoras del país. 
“El Teletón recibió en el 2014 $42,500,000.00, lo que representa el 0.08% del presupuesto. La Ciudad de las Ideas recibió $31,500,000.00, es decir, el 0.06 del presupuesto.
”Para el 2015, se tiene presupuestado que el Teletón reciba $43,265,000.00, es decir, el 0.06%. Mientras que la Ciudad de Ideas reciba $33,000,000.00, lo que representa, en términos presupuestales, el 0.05% del presupuesto.
”Es decir, la disminución en los recursos que recibe el Teletón alcanza apenas un -0.02% en relación al presupuesto.
”La Ciudad de las Ideas recibirá en términos porcentuales un -0.01% menos.
”Cabe señalar que en términos absolutos ambas entidades privadas recibirán más recursos que en el 2014”.
Hasta aquí la obligada cita.
Aunado a esto, el gobernador Moreno Valle continúa con sus obras de relumbrón que, lejos de ayudar al poblano promedio, son para el lucimiento y no resuelven temas que acongojan a la mayoría, como lo es la pobreza y la inseguridad en el estado.
Es absurdo gastar más de 500 millones de pesos en la remodelación del estadio Cuauhtémoc, sin tener la certeza de que el Puebla permanecerá en el máximo circuito.
O derrochar más de 450 millones de pesos en el auditorio Siglo XXI, un espacio que no necesitaba semejante inversión. O el flamante tren turístico Puebla-Cholula, un capricho más de un gobernante obsesionado con obras de relumbrón.
No olvidemos la inoperante ciclovía, la cual tiene un costo de más de 60 millones de pesos, que emerge en la zona de la Atlixcáyotl y está a días de inaugurarse.
Mientras se realizan recortes y ajustes a programas sociales, tanto en la ciudad como en el campo, el góber se encapricha con proyectos superfluos. 
Si en la cabeza del Señor de las Balas existiera más espacio para la prudencia y menos para satisfacer su ego, la calidad de vida de miles de poblanos estaría muy por encima de los que hoy nos tiene sumidos en los últimos tres lugares de pobreza.