Usted no debe estar enterado, pero nada más una célula del crimen organizado, de los que se dedican al robo en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), paga entre sobornos y "permisos" a los cuerpos de seguridad poco más de 800 mil pesos a la semana, para que desde la Policía Municipal, la del Estado, Ministerial, e incluso a algunos grupos del Ejército mexicano, se "hagan de la vista gorda" ‎y permitan la libre circulación de pipas cargadas con hidrocarburos robados, incluso vehículos con hombres armados que las van escoltando.
Lo que aquí le comento es parte de una carta llegada a esta columna, que, en forma anónima, denuncia una red dedicada a esta felonía, capitaneada por una mujer identificada con el nombre de Mercedes Reyes, alias "la Güera" o "Mercy", que podría ser un eslabón del "Cartel del Golfo", de los que operan desde la ciudad de Tamaulipas.
Esta célula que opera en ductos de Pemex, que van de Huejotzingo hasta Amozoc de Mota, contando con la protección directa de un comandante de la Policía Federal, con la clave F-30, quien proporciona todas las facilidades para que por carreteras federales circulen pipas, incluso las reportadas como robadas, con productos de Pemex, para que estos sean vendidos, con precio de robados, por supuesto.
Para la circulación por carreteras municipales y del estado se encargan desde las policías municipales, del estado y los de la ministerial, quienes reciben importantes sumas de dinero para permitir el robo en ductos, la circulación de vehículos y la venta de los robados en negocios que ubican en este mismo corredor, de Huejotzingo hasta Amozoc de Mota, una de las rutas consideradas más "fructíferas" para el robo de hidrocarburos, y donde existe la complicidad con personal de Pemex a cargo del manejo de las válvulas, incluso de las plantas de Veracruz.
 
Las complicidades ocultas
Usted debe saber de los recientes aseguramiento de lugares donde se han encontrado tomas clandestinas, incluso de vehículos abandonados con mil a cinco mil litros de hidrocarburo robado, lo que se considera una "pantalla" de este tipo de grupos criminales, ya que mientras confiscan uno de estos vehículos o detienen a sujetos que no pagan "su rentas", por otro lado circulan a diario vehículos pesados con miles de litros de hidrocarburos robados, como los de la organización de "la Güera" o "Mercy", quien tiene como operadores cercados sujetos como Carlos N., su pareja sentimental, o ‎Javier N., quienes son sus compañeros constantes, además de un sujeto a quien le dicen "el Vikingo", que se encarga del pago de los sobornos y quien tiene toda una nómina de desleales policías y mandos.
Pero este tipo de delitos, el robo en ductos de Pemex, no serían tan productivos sino tuvieran a un "cómplice silencioso", que no es otra persona que los dueños de los terrenos donde son colocadas las tomas clandestinas e ingresan en forma constante vehículos pesados para transportar lo robado.
Los dueños de estos terrenos cobran 50 mil pesos a la semana para permitir que el crimen organizado opere dentro de sus propiedades, aunque luego se hacen ‎las víctimas fingiendo que no sabían nada, además de que no sólo les pagan esta suma, sino que además se llevan un porcentaje de la venta de lo robado.
Pese a que las mismas autoridades que investigan estos delitos saben de la complicidad de los dueños de estos terrenos, a ninguno se le ha ocurrido que estas propiedades sean aseguradas y los propietarios consignados por complicidad con el crimen organizado.
 
Funcionarios implicados
La carta llegada a esta columna señala a mandos de las corporaciones de policía implicados en el cobro de sobornos para que les permitan operar o incluso funcionarios de policía que, aunque no están relacionados directamente, son los que se encargan de presentar a otros servidores públicos con la red de mafiosos, entre estos se nombra a un policía de apellido Calderón, quien es el encargado de la seguridad en el mismo Congreso del estado de Puebla.
Y dicen que en Puebla no hay crimen organizado.
Nos vemos cuando nos veamos.