Dice mi compadre que el “Leoncio” no es como lo pintan. No se a qué se refiere, pero me imagino que se refiere a Paisano, Leoncio Paisano, que en realidad eso de que en Cholula “escuchan al pueblo” es una verdadera jalada mercadológica, porque en Cholula no se puede escuchar a nadie. 
Si ir más lejos, hace una semana, en Los Girasoles armaron uno más de sus cotidianos escándalos: Eran las 11 de la noche, y el méndigo escándalo que salía de las monstruosas bocinas del lugar hacía vibrar hasta los tirantes del nuevo puente de La Recta. Vaya, estoy seguro de que si Moreno Valle hubiese pasado por ahí en su helicóptero, se hubiese venido a pique sin remedio. 
Yo no sé de qué privilegio gozan los “antros” cholultecas o de qué retorcidos privilegios gozan para pasar por encima de la paz y el bienestar del pueblo; de ese friego de personas que tienen niños en sus casas o enfermos, o viejitos que requieren dormir por su salud. No se quién o quiénes permiten semejante falta de respeto a la ciudadanía... hacerlo va hasta en contra de la salud, de la legalidad. De todo.
Yo no digo que quiten los “antros” —porque ya es demasiado tarde—, pero cuando menos enciérrenlos, oblíguenlos a que mantengan sus desmadres y escándalos entre cuatro paredes. La gente no tiene por qué chutarse hasta los discursos cursis y mamertos de “los recién casados” o de la “quinceañera”… Ya basta. 
Eso de que “en Cholula escuchamos al pueblo”, no me queda claro a qué pueblo se refieren… pudiese ser al pueblo de Yugoslavia o de Finlandia, porque a San Andrés me queda claro que no hay paisano que lo escuche.
No, no creo que gobernar sea cosa facial. Se necesitan muchas virtudes, un gran carácter y honestidad… está canijo ser fiel al pueblo frente a tantas tentaciones y compromisos, lo entiendo, pero lo que me parece una mentada de madre que además mientan y manipulen a la gente. Yo pienso que cuando menos deberían de mantener un poquito de gratitud a quienes les permitieron llegar hasta donde están gracias a su voto.
Entre el frío, las tarugadas y manipulaciones de mis “paisanos” y el precio del barril de petróleo, y los comerciales políticos, ya se fue la primera quincena del año, lo cual no me presagia cosas muy bonitas que digamos. Si así empiezo el año, no se como lo voy a terminar (si lo termino), aunque por mí no va a quedar, pero como dicen el pueblo; si no ayudan, pus nomás no estorben, o lo que es lo mismo “no me ayudes, paisano”.