Un verdadero reencuentro entre dos enamorados que siempre se han querido; el uno, el matador Enrique Ponce, y el otro, el público de La México, quien ha dejado bien claro quién es hoy por hoy su consentido número uno. La entrada si no llegó al lleno, puede achacarse a otro fenómeno que está ocurriendo: la gran, enorme campaña de desprestigio hacia todo lo que se da dentro de nuestra fiesta, y es que mucho se ha dicho, que los verdaderos enemigos – de la fiesta - no están fuera, si no, están dentro. A ver que dicen y que peros le encuentran los puristas exagerados que tanto hablaron: Que sí Ponce venia de vacaciones.Qué el viaje era para compra de tequila, y artesanías de recuerdos. Qué venía a visitar a su compadre Alemán, etc., y de los toros; qué si serían erales, que pequeñajos, que los “teofilitos”. Otra cosa es que el maestro Ponce haya participado en un torneo de golf benéfico lunes y martes siguientes compartiendo greens con la elite mexicana.

Ante lo realizado por Ponce y Juan Pablo Sánchez y sobre todo por las características, de presentación, trapío y encornaduras de los toros lidiados, a ver que dicen…los demás. 

De la actuación, actitud y el gran dominio escénico demostrados por el torero de Chiva, el público ha salido más que satisfecho, con la enorme faena al tercero, su primero, número 127, castaño oscuro ojinegro, de nombre “Liberador”,  al que instrumentó pases con muleta en redondo, de todas marcas y en ambas manos con los cambiados de una a otra ejecutados en la forma magistral que sólo él sabe hacerlo y le lucen de manera esplendida. Viene al caso lo expresado por el Maestro y que el portal Frases Taurinas se encargó de difundir la noche misma de su triunfo:

“Sé muy bien que es lo que va a quedar de mí. Es lo que haya dado a los demás… el bien que haya hecho.” E. Ponce. Y vaya que sí el torero ha dado, obsequiado al público asistente, que mucho confió y espera de él, una de las faenas que perdurarán en el recuerdo por mucho tiempo.

De la opinión expresada por las redes, seleccionamos lo dicho por el también matador hispano Fernando Lozano: “A ver, a figura no se llega por casualidad. Y mantenerse 25 años ahí…misrespetos”.

Para concluir esta columna, ha cerrado plaza un séptimo de los de a pie, octavo de lidia, tercero de Juan Pablo Sánchez, quien regaló este toro número 137, de nombre ”Sobrino” de la misma ganadería del cartel: “Teófilo Gómez”,  que llevaba como ornamento un par de esbeltos puñales como un candelabro sobre el piano. Toro con presencia que sirvió para que una vez más el joven espada de Aguas mostrara la onza de temple que lleva dentro.

 

Magistral toreo por la derecha. El bendito relajamiento que sólo da la serenidad y sapiencia de quien vino a dictar cátedra. Para un torero de arte, una fotografía de arte del profesor Tadeo Alcina, publicada también en los portales altoromexico.com y aplausos.es.

 

Poderío, clase, temple, elegancia, sobriedad, mando, mucho mando, todo eso es = a E. Ponce, y bien se puede apreciar en esta foto de Cigalito. 

 

Juan Pablo Sánchez Poseedor del don del temple; su d-e-l-e-t-r-e-a-d-o toreo ya le está asegurando un lugar y un espacio muy grande en el corazón de los aficionados de la Gran Plaza.

 

En la columna anterior “¿Para qué sirven los toros de regalo?”, comentábamos la gran importancia de seleccionar el famoso “Toro de regalo”. Estos pitones —alto de agujas— presentaba en corrales, y así salió a la plaza el toro que Mario del Olmo seleccionó para obsequiar su poderdante. El de la izquierda y el castaño oscuro, detrás, fue el lidiado por Enrique Ponce.

 

Otro Sánchez, promesa aún, pero que pronto será una torera realidad. Dos orejas se ha llevado en la espuerta en el festejo que abrió la feria de León (Guanajuato). Es un gusto ver que nuestra baraja taurina sigue renovándose y creciendo.