Con miras al proceso electoral de 2018, el Partido de la Revolución Democrática pasará de ser la segunda fuerza política a nivel federal, para convertirse en un simple y vulgar esquirol.
Aunque en otros estados los acuerdos del dominante grupo de los “Chuchos” parecen estar enfocados en fortalecer la estrategia electoral peñanietista, en Puebla operará de manera inversa, haciendo el trabajo sucio a los candidatos panistas respaldados desde Casa Puebla.
De acuerdo con la conformación de las candidaturas a las diputaciones federales perredistas, es evidente que los colores del Sol Azteca se utilizarán para quitarle votos al PRI, a través de personajes de reciente traición al a tricolor.
Hace apenas una semana escribí una columna sobre la estrategia morenovallista, la cual ya fue concretada. Este es un fragmento de esa entrega:
En días recientes, el gobernador Moreno Valle ha sostenido reuniones "secretas" con la dirigencia nacional del PRD, impulsadas tanto por Luis Maldonado como por el senador Luis Miguel Barbosa.
Es evidente que el gobernador poblano no quita el dedo del renglón y que busca a toda costa mantener viva la posibilidad de que el PRD doble las manos para concretar una alianza tan absurda como histórica, en donde se uniría la izquierda a la derecha para respaldar la eventual candidatura presidencial de Moreno Valle.
Y por si fuera poco, el inquilino de la casona de Los Fuertes busca que también Luis Maldonado se postule a una candidatura plurinominal por el PRD, en donde también pelearía para presidir una comisión de corte político, para convertir a San Lázaro en su principal centro de operaciones rumbo al 2018 y de paso hacerle un contrapeso a Gustavo Madero, quien evidentemente será el coordianador de la fracción panista y quien aspira también a la candidatura presidencial.
Pues todo indica que, como si tuviera un pacto con el diablo, al Señor de los Cerros todo se le va cuadrando a la perfección.
De entrada, Luis Maldonado ya amarró un lugar en San Lázaro al quedar en el tercer lugar de la lista plurinominal.
El Consejo Nacional del PRD fue prácticamente una farsa, en donde “chamaquearon” a los perredistas poblanos que creyeron ilusamente que podían proponer y colocar candidato; incluso, se había dado la unidad de las corrientes en Puebla, aunque Nueva Izquierda no había asistido a las reuniones.
Al llegar los consejeros poblanos el sábado al hotel Sevilla Palace, de la ciudad de México, se encontraron con la sorpresa de que había una lista desconocida de candidatos por Puebla y que, para mayor sorpresa, ninguno de ellos se registró como aspirante.
La realidad es que la alianza de Moreno Valle con Luis Miguel Barbosa ya había hecho su trabajo.
Los candidatos fueron impuestos desde la casona de Los Fuertes, desde donde se palomearon los nombres de expriistas que pudieran robarle algunos votos al PRI y no al PRD.
Algunos de quienes están en la lista están muy lejos de ser verdaderos perredistas. Un caso es el de Carlos Talavera Pérez, quien ha sido líder de diversos grupos de choque identificados con el PRI y que al parecer será candidato del PRD en San Martín, como consecuencia de un berrinche en contra del tricolor.
En tanto, para Huauchinango se maneja a Zenorina González Ortega, mientras que para Zacatlán a Elvia Suárez.
Llaman la atención los nombres de estas dos mercenarias electorales que presentaron su examen ante el Icadep, buscando supuestamente ser candidatas por el PRI, pero ellas en la anterior legislatura fueron de las primeras en darle la espalda al tricolor.
Así las cosas, al igual que en el 2013, en Puebla ya hay tiene al partido palero, ya no es el partido zavalista Pacto Social de Integración, sino el PRD.
No es casual la estampida del Sol Azteca, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.