El día de ayer, Puebla amaneció con la noticia de que fue esclarecido el secuestro y homicidio del joven estudiante del Tec de Monterrey Sebastián Préstamo.
Por medio de un comunicado, la PGJ dio a conocer que fueron tres los secuestradores, y que uno ya había sido detenido. Los dos prófugos son de Xalapa y otro más era compañero de la víctima, y que ya estaba bajo resguardo de esta institución, aduciendo que por tratarse de ser un menor de edad no se le presentaba como a otros presuntos delincuentes.
Suponiendo —sin conceder— que esta vez la PGJ haya actuado con total profesionalismo y que efectivamente estos tres personajes sean los responsables del crimen, debo decir que con los antecedentes de Víctor Carrancá cuesta mucho trabajo creerle.
El problema en este momento es de credibilidad.
¿Usted le puede creer a la misma persona que acudió ante los medios nacionales a asegurar que al niño José Luis Tehuatle, que fue asesinado por un cohetón lanzado por los pobladores de Chalchihuapan, tiempo después de desenmascarado por la CNDH, concluyó que fue la policía la que los mató?
¿Usted le puede creer al funcionario que ha fabricado infinidad de delitos a personajes incómodos al gobierno morenovallista?
¿O al sujeto que investigó sin éxito la muerte de Paco Stanley, donde hubo detenidos que tuvieron que ser exonerados?
Es el del Señor de los Cerros, por mantener en el cargo a un hombre que hizo de la mentira su principal activo de trabajo.
Y hoy en el pecado llevan la penitencia.

 

La absurda carta del procurador


El viernes pasado, a la redacción de Intolerancia Diario llegó una carta aclaratoria emitida en conjunto por la Procuraduría General de Justicia y por la Secretaría de Seguridad Pública, en respuesta a la nota que a ocho columnas publicó este diario ese mismo día.
La investigación periodística señaló al coordinador de escoltas del procurador, de nombre Lauro Rafel de la Torre Panduro, de ser quien encabezó el operativo en el que intentaron detener el joven Christian Biffano, además de haber utilizado la camioneta Suburban plata, asignada para uso personal del procurador Carrancá.
Desde el punto estrictamente periodístico, la nota revela que fueron los escoltas y la camioneta de Carrancá los que aparecen en la frustrada detención.
Para evitar dudas, este es el cuerpo de la nota que apareció el viernes en la portada de Intolerancia Diario:

Escoltas del procurador, fabricaron arresto ilegal
La fotoinfracción a la camioneta Surburban, con placas de circulación TXX 6268 y número de serie 1GWSCBE09DR301042, propiedad del gobierno del estado de Puebla, confirma la participación de los escoltas del procurador Carrancá en la fallida y arbitraria aprehensión a Christian Biffano.
Tal como lo anticipó Intolerancia Diario, los escoltas del procurador Víctor Carrancá participaron en el intento de detención de Christian Biffano. Una fotoinfracción a la camioneta Surburban, con placas de circulación TXX 6268 y número de serie 1GWSCBE09DR301042, demuestran que los escoltas participaron en la acción ilegal y que fue ampliamente difundido en redes sociales.
El pasado 13 de febrero, esta camioneta era conducida por Lauro Rafael de la Torre Panduro, coordinador de escoltas del procurador, y que juntos con otros policías intentaron detener a un muchacho por la simple sospecha de haber participado en un homicidio.
Los hechos se registraron en la avenida Margaritas a la altura de la colonia Patrimonio, cuando Christian Biffano viajaba a bordo de una unidad de transporte público Bicentenario.
Afortunadamente, una mujer surgida del anonimato grabó todo el suceso para luego quedar registrado en cuentas de Facebook de cientos de miles de usuarios, para testimoniar la participación de colaboradores cercanos al procurador, en un acto ilegal e inoportuno.
Hasta ayer por la tarde el video tenía un millón 115 mil 157 reproducciones en Facebook. Reproducido y compartido por cientos de miles de usuarios de ese espacio virtual, alcanzaba 21 mil 165 “likes”.

En respuesta, recibimos de la SSP y la PGJ esta carta aclaratoria: 

Ante la desinformación publicada bajo el título “Escoltas del procurador fabricaron arresto ilegal” le preciso lo siguiente.
Es falso que ocurriera un intento de detención por parte de escoltas como lo asevera,  y está aún más alejado de la realidad aseverar que fue una acción ilegal la que aconteció en una unidad del transporte público.
En la intervención que refiere, los agentes investigadores se identificaron, presentaron la orden de búsqueda de un individuo, facilitaron un teléfono para que quien debió identificarse desde el inicio contactara a sus familiares, y se condujeron con respeto a los derechos de las personas, al tiempo de cumplir con su deber de investigar.
El viernes 13 de febrero, elementos de la Dirección General de Atención a Delitos de Alto Impacto (DGADAI), estaban trabajando en una investigación relacionada con una averiguación previa de su competencia, sustentados además en el debido oficio de búsqueda y localización de una persona vinculada con los hechos motivo de las pesquisas.
Con base en lo anterior, sólo dos agentes investigadores de la DGADAI intervinieron en el autobús del transporte público tal como se ha mostrado en el propio video al que su medio hace mención. Ellos mismos  y nadie más, son quienes tuvieron participación solicitándole a un joven que se identificara para confirmar o descartar si era la persona buscada, considerando que el joven coincidía con las características físicas de un presunto responsable de hechos ilícitos.  El ciudadano se negó a identificarse, a pesar de que desde un inicio se le hizo de conocimiento la relevancia de conocer sus datos.
En el video no existe agresión o prepotencia alguna por parte de los investigadores, por el contrario, el primer agente de la DGADAI que interactúo (sic) con el joven, se identificó y le ofreció su teléfono para que llamara a un familiar y el joven rechazó el apoyo llamando desde el celular de otro pasajero a su progenitora , quien finalmente llegó al punto y dio los datos de su hijo, con lo que se descartó que fuese la persona a la que los elementos debían presentar ante el Ministerio Público, por lo que se informó a la mamá que podía llevarse al adolescente que en ningún momento estuvo asegurado, únicamente se le solicitó se identificara.
La camioneta Suburban que menciona, llegó al punto dado que los elementos a bordo se percataron de que algo sucedía. El vehículo es de la Procuraduría General de Justicia, los tripulantes finalmente no intervinieron en las acciones a cargo de la DGADAI, prueba de ello es que en ningún momento se observa la intervención de personal distinto al de la Dirección General de Atención a Delitos de Alto Impacto.

Tras estos dos elementos, debo decir que Intolerancia Diario nunca hizo mención a prepotencia o agresión, pero es evidente que intentaron detenerlo. Como se aprecia en el video, los elementos se ven inhibidos cuando se percatan que los están grabando. Incluso, la mujer que los graba se los hace ver y se los repite en voz alta. Respecto a la camioneta, se aprecia que está ahí desde el inicio del operativo y no es creíble que se haya detenido a ver qué sucedía, si tomamos en cuenta el tiempo que duró el incidente.
Por otra parte, el tema de fondo es conocer si la camioneta es o no la que usa el procurador Carrancá, y si estaba ahí o no su jefe de escoltas, Lauro Rafael de la Torre Panduro.
Tímidamente, reconocen que la camioneta es de la PGJ, pero no responden al señalamiento de Intolerancia Diario. ¿O acaso alguna vez ha visto usted a un agente ministerial en una Suburban del año realizando investigaciones? ¿Y a los escoltas personales del procurador investigando secuestros?
Sobra decir que en ninguna parte de la carta aclaratoria se responden los dos principales señalamientos de la nota periodística.
Tras estas precisiones, con los antecedentes mitomaniacos de Carrancá y con el testimonio irrefutable del video, usted diga quién miente.
Lo que se ve no se juzga.