1.- Cuando nuestra arcaica y primitiva democracia electoral haya evolucionado a una democracia de bienestar social donde imperen los valores, la fe, la honradez y el mérito social, la corrupción y el patrimonialismo del poder, nuestros principales funcionarios, embajadores y enviados a comisiones internacionales serán cuestionados duramente por comisiones de senadores con diputados, para que demuestren los conocimientos obligados antes de asumir sus encargos.
2.- Naturalmente que los examinadores tendrán obligadamente que saber tanto o más que los propuestos por el primer ministro o presidente de la república, apoyados indiscutiblemente por asesores expertos en cada materia.
3.- Estos Poderes Legislativos federales o provinciales tendrán miembros nacidos, creados, procurados, dentro de una meritocracia partidaria, donde sólo los mejores tendrán acceso al mejor encargo.
3.1.- Un ingeniero civil dominando el concepto de “nuevas ciudades” presidirá la comisión de urbanismo en el Senado o en la Cámara de Diputados, e impedirá que los tres tipos de gobierno realicen a través de su mandato obras públicas inútiles creadoras de aglomeraciones humanas achaparradas, que aniquilan a la naturaleza con cementos contaminadores, o colonias sin identidad, y por ello inhabitables a futuro.
3.2.- Un doctor como titular de la comisión de salud procurará que los recursos del tesoro nacional se dediquen en forma prima a la medicina preventiva, para evitar la trágica predicción que en algunos años uno de cada tres niños será diabético por las causas que sean. Simplemente reprobará como examinador que llegue al secretariado de salud la amante (hombreo o mujer) del presidente en turno, o su compadre o el sobrino incompetente ante otros brillantes postulados.
3.3.- Como en ese rediseñado gobierno todo estará sujeto a la transparencia presupuestaria, con una punibilidad oriental para todo tipo de corrupción, las sociedades de provincias con sus municipios tomarán ejemplo para ir en la misma ruta.
4.- La gracejada de que secretarios de Estado federal o de las entidades federativas concurran ante diputados para ser cuestionados en sus responsabilidades, es eso gracejos que harán unos con otros perdiendo el tiempo que deben dedicar a sus tareas, para dar noticias a una prensa ávida de compartirlas con sus escasos lectores. Aun con esto Puebla-México sigue avanzando.
Nuestra casa
“La coneja” Romero fue un destacado militante de los estudios de la jurispericia. Abandonó, por causas ajenas a los lectores, y la vida lo convirtió en el Vassarely mexicano radicado en Puebla. Su obra se expone el 20 de marzo a partir de las 18:00 h en Las Conchas. La Coneja tiene nombre y apellidos: Luis Roberto Romero López. Acompañarlo será un honor.