Prometieron cambiar y erradicar todas las viejas prácticas incrustadas en el Congreso local por el arcaico sistema priista.
Los electores confiaron y festinaron que el priismo perdiera el control del poder Legislativo y que fuera reducido a una oposición débil y arrinconada.
Cuatro años después, los legisladores del cambio —algunos de ellos bajo la coraza de diputados ciudadanos— han sido incapaces de romper el inercial trabajo del viejo sistema.
Y lejos de avanzar a nuevos derroteros democráticos se entregaron a los designios del grupo en el poder y sus decisiones, iniciativas van en un solo sentido: cumplir con los caprichos y designios del poder Ejecutivo.
Ayer, el Centro de Estudios Espinoza Yglesias exhibió el trabajo del Congreso local —integrado en su mayoría por legisladores aliancistas y que forman parte del grupo en el poder—.
El balance es nada halagador. La opacidad en las discusiones, la premura de las leyes, la falta de contrapesos, y la prevalencia de la agenda del poder ejecutivo, caracterizaron a la 58 legislatura.
Y por aún, el desempeño en el último año de la 58 legislatura obtuvo una calificación de 4.2; la más baja de todo el periodo. En el 2011 fue de 6.3 y en el 2012 de 6.
Es decir, fueron más a menos, poco les duro los ímpetus de cambio.
Los especialistas en políticas públicas del Centro de Estudios Espinoza Yglesias coincidieron en que el Congreso local privilegió la opacidad, una mínima rendición de cuentas, falta de discusión de las leyes aprobadas, y una nula calidad de las iniciativas de ley presentadas y aprobadas durante el 2013.
Más grave aún, en el análisis jurídico del CEEY son los posibles vicios de inconstitucionalidad en algunas normas que destacan por su falta de transparencia como es el caso de la reforma aprobada en 2012 por la Legislatura en materia de endeudamiento público.
Los diputados viven otra realidad, muy alejada a las necesidades de los ciudadanos.  Los diputados del cambio como sus antecesores los levanta dedos y dormilones priistas, obedecen a los intereses del grupo político que los llevo al poder.
Y el futuro legislativo tampoco es nada prometedor, es más, van peor. Tan sólo, en el primer período de sesiones, del segundo año legislativo, los diputados aprobaron 11 iniciativas de ley. Se presentaron 21 exhortos. Además, los diputados presentaron 16 iniciativas de ley en el período. Solamente 2 puntos de acuerdo, mientras que el pode Ejecutivo presentó 7 decretos
En la numeralia, el Partido Acción Nacional presentó 10 iniciativas de ley; el Partido Movimiento Ciudadano 2 iniciativas; el PRI 2 iniciativas; el PVEM 1 iniciativa; Compromiso por Puebla 1 iniciativa. Ni Nueva Alianza, ni PRD, ni PSI presentaron iniciativas de ley. 
Así de productivos van.
Eso sí, están más preocupados en la imagen. 
De la noche a la mañana cambiaron el escudo del Congreso Local, para dejar en claro, que el cambio llegó, aunque sea sólo en las formas, pero no el fondo.