La escena: El futbolista revolcándose de dolor, con las palmas de ambas manos sobándose la espinilla; borde anterior de la tibia, tercio bajo, sus compañeros reclaman el patadón encolerizados —léase encabronados— al árbitro. Llega el silbante y tras de él masajistas; cuerpo médico, enfermeros, para-médicos, entre todos levantan al lesionado para ponerlo en una camilla, que al final, sobre un carrito de golf se lleva al héroe lastimado que tardará en reponerse de esa lesión mes y medio, más lo que amerite de rehabilitación, eso sí, disfrutando de un buen sueldo, generalmente en dólares.
La escena que todos vimos el jueves, fue y ocurre en los toros, y es todo lo contrario, el matador con una cornada seria, de abundante sangrado, se pone de píe para ir a la enfermería de la plaza de Las Ventas, asistido por su cuadrilla, para llegar ahí por su propio píe: el pitón del toro ha penetrado por la región lateral externa del cuello (véase el parte médico).
Las manos ensangrentadas con las que él mismo trata de contener la abundante hemorragia por los vasos lesionados. “Fortes entró andando, hablando y pidiendo que le diéramos un par de puntos para salir de nuevo”. Ha declarado el Dr. García Padrós, cirujano en jefe de la enfermería de la plaza, donde el torero Saúl Jiménez Fortes fue intervenido.
Intencionalmente nos abstenemos de publicar aquí alguna de las fotografías, tintas en sangre, dramáticas algunas, espeluznantes; titularon las webs. La comparación expuesta arriba es más que ilustrativa del gran mérito, el valor extraordinario y las ganas de ser alguien en la fiesta de los toros, de éste joven torero.
Lamentablemente y cómo también suele ocurrir, se inundaron las redes de los que llaman memes, fotos y burlas por lo acontecido.
El descontento de los taurinos contra los atacantes “antis”, se encendió.
El diario El País escribió que: “comentarios del tipo de: ‘se lo merecía’, ‘le está bien empleado’ y otras lindeces” ya rebasan los límites de tolerable.
De lo escrito en las crónicas de lo ocurrido, ¡Carpe diem! recordamos a Corrochano en su celebérrima sentencia después de que vio torear por primera vez al “Pasmo de Triana”; ¡Así no se puede torear!, exclamó asombrado el escritor al ver a Belmonte, y esto aplica perfectamente en el toro de Jiménez Fortes.
En relación a la familia de toreros de apellido Adame es importante decir que el mayor de los hermanos José Guadalupe, ha cortado una oreja, la de su segundo toro en la décima corrida de San Isidro en Las Ventas de Madrid; su primer toro se ha quebrado una pata, la pezuña, al salir de un ajustado par de banderillas, accidente del que la prensa culpó al diestro aguascalentense. La oreja ha sido otorgada por un estoconazo, vibrante, fulminante, dado en todo lo alto del morrillo del toro de “Montecillo”, de nombre “Adobado” con 579 kilos de romana; negro, color “locomotora”; que ferrocarril parecía y así embistió toda la faena y bien vale aclarar y corregir a cuantos entusiastas escribieron en redes y crónicas que “entró a matar recibiendo”; cuando se mata recibiendo, NO se entra se recibe. Pero, decía que íbamos a hablar de la familia: tiene este matador otro hermano Gerardo Adame que acaba de anunciar que inicia apoderamiento con Saulo Flores, mancomunado con Efrén Adame, para que todo quede en familia, y existe otro hermanito, Luis David Adame que en España, en Extremadura en la Puebla de Sancho Pérez, provincia de Badajoz, acaba de hacer lo que allá llaman “debut con caballos”, debut brillante con corte de 4 orejas 4, y 2 rabos 2; ahora sí, como dice la vieja frase: “el que tenga más saliva, traga más pinole”.
Y, aunque la prensa ibérica ya dijo de José Guadalupe, que; “este gallo sí canta” queda, para qué el tiempo diga, ¿Cuál de los tres gallos tiene más espolones?
Y, un chaval, Marco A. Herro en la revista “Aplausos” acertadamente, parafraseó lo que hace 20 años, Calamaro cantó: “Tómate esta botella de vino conmigo y en el último trago nos vamos”, y así ha ocurrido en el último trago de la faena del cierraplaza y de la tarde. Adame ha logrado salir con una peluda en mano, la única de los 10 toros lidiados por los cuatro matantes de nuestra baraja acarteladoseste año en los madriles.
Saúl Jiménez Fortes, al romper el paseíllo, saluda, a la vida y a lo que bien pueda traer el toro.
Chaval sonriente, feliz con la oreja de su primer enemigo el jueves pasado.
El apoyo manifestado en diversas expresiones: ¡LA MAYOR FUERZA SAÚL!
El Dramático y contundente parte médico expedido en la enfermería de la plaza Las Ventas de Madrid.
De nuevo a casa. La portada de la revista “Aplausos”, saluda y festeja la recuperación de Jiménez Fortes.