La respuesta a la petición desproporcionada fue un no rotundo. Así se lo hizo saber el dirigente nacional del Partido Acción Nacional, Gustavo Madero Muñoz al gobernador Rafael Moreno Valle.
Fiel a la forma de deshacerse de quien le ha incomodado en el camino desde que inició en la vida pública con el exgobernador Melquiades Morales Flores, volvió a pedir la cabeza de quien ahora le estorba y le molesta: el dirigente estatal del PAN, Rafael Micalco.
Convertido en el blanco de la crítica feroz del gobierno del estado y sus panegiristas, el dirigente panista tuvo el apoyo de Gustavo Madero para seguir el frente de ese partido en el territorio, a despecho del grupo de neopanistas.
Lejos de conocer esa información, los diputados afines al gobernador como Jorge Aguilar, Pablo Rodríguez y el impresentable Eukid Castañón pidieron ayer que el líder panista dejara el cargo, en consonancia con la línea que se les trazó desde Casa Puebla.
No contaban con que Madero Muñoz le diera esa respuesta contundente a una exigencia que parece más de la entraña de un personaje menor que se mueve y actúa en función de sus ocurrencias, y no de un presunto estadista.


En el sótano…

El eternizado dirigente de la CTM, Leobardo Soto Martínez, debió recordar el domingo 7 por la noche las duras críticas que hizo públicas en contra de Ana Isabel Allende Cano, por su arribo a la presidencia del PRI en Puebla.
Y también las palabras poco amables para Alejandro Armenta Mier, el candidato ganador en la contienda del domingo. Lo menos que le dijo fue que era un pésimo abanderado para contender por la diputación federal del distrito 7, con cabecera en Tepeaca.
Eso fue a mediados de febrero de este año. La prensa documentó la falta de apoyo cetemista a la candidatura de quien en la elección del domingo pasado superó con una notable ventaja al candidato del gobernador, Mario Rincón González.
De la dirigencia priista llegó a la descalificación hasta que Carlos Aceves del Olmo y Manlio Fabio Beltrones literalmente le tiraron línea para recular en una postura que todo mundo interpretó como servil ante el régimen de Rafael Moreno Valle.
Es preciso recordar que este cetemista se ha convertido en el encargado de la tienda de raya, como en el porfiriato, del desarrollo de la planta Audi en San José Chiapa.
La confesión expresada por él mismo a mediados del año pasado en el sentido de que le iba mejor con Moreno Valle que con Mario Marín, fue el contexto en el que se interpretaron las descalificaciones contra Allende Cano y Armenta Mier.
Ese par de historias debieron haber pasado por su cabeza cuando observó el desarrollo del Programa de Resultados Electorales Preliminares que puso a los candidatos de su nuevo patrón como los perdedores en los nueve distritos que ahora ostenta el PRI.
A menos claro que la memoria de este acaudalado “obrero cetemista” sea lo suficientemente corta, o huidiza.