El 16 de diciembre de 2012 se concretó el cambio de dirigencia panista. El líder estatal que impulsó la alianza morenovallista que llevó al poder a Moreno Valle simplemente fue obligado a dejar el cargo.
En esa ocasión, los saludos entre Rafael Moreno Valle y su opositor: Juan Carlos Mondragón fueron fríos
Las críticas vertidas por el presidente saliente, Juan Carlos Mondragón Quintana, habían surtido efecto; el dirigente defenestrado dijo que había pasado durante su dirigencia por un “oscuro período” aludiendo a su confrontación frontal con el gobernador. Mientras escuchó a Mondragón, Rafael Moreno Valle trató de evadir su molestia. Se llevó los dedos a los labios, cruzó las manos.
En el presídium el ambiente era tenso, el gobernador seguía las palabras de Popócatl:
“Rafael sí conoce al Partido Acción Nacional.
”Rafa sí es un símbolo”, afirmó ufana la consejera Popócatl y “abre puentes de diálogo”.
“Rafa sí fue un crítico del marinismo.”
Y cuando la lista de elogios parecía interminable ante los consejeros, Popócatl, como en sus tiempos de diputada de oposición, rubricó su enunciación: “Rafael…”, la oradora forzó una pausa.
“Micalco”, agregó sardónica la consejera blanquiazul.
Popócatl pidió a los consejeros su voto a favor del candidato único a la dirigencia estatal, Rafael Micalco.
En un ambiente de reproches y entre críticas, los consejeros panistas eligieron al nuevo dirigente del PAN, el diputado federal Rafael Micalco Méndez, en una sesión extraordinaria celebrada en el hotel Holiday Inn a la altura de Finsa.
Nula mención al gobernador panista Moreno Valle, en los discursos de Juan Carlos Espina, Juan Carlos Mondragón y Leonor Popócatl. Salvo la invitación del nuevo dirigente, Rafael Micalco, al gobernador para que les dirigiera unas palabras a los panistas. De otro modo el silencio ente panistas hubiera sido visible.
En aquel agonizante otoño de 2012, Juan Carlos Mondragón Quintana se despidió de los panistas añorando a los gobiernos de Vicente Fox Quesada y de Felipe Calderón Hinojosa:
“Esta dirigencia también tuvo que enfrentar la adversidad. 2012 será un año que se quedará grabado en el corazón de muchos panistas con ilusión a Los Pinos y que sufrimos con la derrota de Josefina Vázquez Mota.”
Luego de estos dos procesos, dijo Mondragón, vendría una profunda crisis al interior de nuestro partido. “Crisis que en lo personal ha sido de las más duras pruebas que he vivido”.
Juan Carlos Mondragón Quintana se despidió como dirigente estatal del blanquiazul: “Me voy entendiendo que el PAN requiere de generosidad y humildad de todos. Me voy satisfecho por haber vivido en carne propia los momentos gloriosos y aciagos que caracterizaron estos tres años.
Dos años y medio después de aquella despedida, el PAN ni pudo superar el “oscuro período” y la crisis interna se agravó, al grado de perder en las urnas.
El período oscuro del PAN morenovallista
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