Nadie puede negar que en la ciudad de Puebla existe la presencia del crimen organizado y que éste se ha extendido por todo el estado, como lo demuestra el alto índice de violencia en los municipios del norte, nororiente de Puebla, incluso el sur, donde los crímenes no sólo han aumentado, sino que han sido mucho más violentos.
La presencia de crimen organizado a aumentado felonías como la venta de todo tipo de drogas, principalmente la cocaína, heroína y marihuana, además de las drogas sintéticas como el mismo “popper”, que circula de manera especial en los antros tanto de la avenida Juárez, de la ciudad de Puebla, como los de San Andrés Cholula, donde los distribuidores o “dillers” se pasean impunemente por la avenida, que se encuentran los principales centros de “entretenimiento” para jóvenes que apenas acaban de cumplir sus 18 años y para otros más jóvenes.
Ha trascendido que en esa zona de San Andrés Cholula la droga que más está a la venta y de “moda” es la cocaína conocida como “ala de mosca”, que tiene un precio de 500 o más la dosis o “grapa”.
Este alcaloide no es del todo blanco como la cocaína que de manera normal se distribuye y vende en todo el estado, éste es casi transparente, como granulada, y la vende más cara porque es una droga casi “pura”, sin cortes.
Esta droga se vende en la zona de San Andrés Cholula y sus alrededores, donde se han registrado violentos homicidios y ejecuciones, además de robos a mano armada provocado presuntamente por viciosos para adquirir sus dosis, además de accidentes que cometen jóvenes que conducen en estado de ebriedad y bajo los influjos de este tipo de enervantes.
Y para completar el cuadro de impunidad, los dueños de los antros que les comenté tienen permiso de cerrar hasta las 7 de la mañana o más, mientras que los demás antros, sobre todo los de Puebla, tienen que cumplir reglamentos de cerrar a las tres de la mañana.
Un riesgo, las casonas del primer cuadro de la ciudad
La tarde del lunes, un pedazo de barandal o de pared de la vecindad 804 de la 7 Norte se vino abajo como consecuencia del reblandecimiento por las lluvias recientes, y cayó encima de una mujer que estaba acompañada de su hijo, que al parecer presenta una deficiencia mental o una enfermedad, el caso es que este resultó con lesiones en la cabeza y en otras partes del cuerpo.
Como consecuencia del accidente, al lugar acudieron elementos del 066 que proporcionaron atención medica tanto al menor como a su señora madre, también llegaron elementos de la Policía Municipal Preventiva y de Protección Civil Municipal, los segundos para intentar levantar un informe para conocer cómo se encuentran las instalaciones, para saber si esa antigua propiedad es todavía habitable.
Resulta que de la casona no salió nadie para atender a los policías ni a los de Protección Civil, y al parecer los servidores públicos iban a tener otra ocupación y de inmediato se retiraron, sin prestar atención total a lo ocurrido, es más, la mujer lesionada tampoco quiso problemas y se retiro del lugar.
La casona fue menospreciada, a nadie le intereso si se encuentra en malas condiciones o con riesgo a venirse abajo, de hecho todas las casas que se ubican en el perímetro del primer cuadro de la ciudad no han tenido la atención suficiente, y conste que ya se han registrado al menos tres derrumbes de propiedades como ésta, y en uno incluso ya hubo un muerto.
Pero a nadie le interesan.
Y las lluvias no han terminado.
¡Aguas!
Nos vemos cuando nos veamos.