La euforia priista por la victoria en el pasado proceso electoral parecer no terminar, la resaca en el CEN del PRI aún continúa. Sin embargo, ante la debacle panista, el gobernador Moreno Valle movió ya sus fichas, en su afán de enmendar el barco y rescatar el proyecto transexenal. 
Envalentonados, algunos priistas aprovechan el escenario para levantar la mano y decir: “yo soy el bueno para el 2016”. Ya lo estamos viendo; ayer fue el turno de Enrique Doger y Juan Manuel Vega Rayet y durante los próximos días seremos testigos de una cascada de destapes.
El riesgo para el PRI, en medio de está efervescencia post electoral, es revivir viejas pugnas al interior del instituto político, las cuales los llevarían a repetir los errores del pasado y generar una división que los lleve a tropezarse en la jornada electoral del próximo año.
A los destapes de Doger y Vega Rayet seguramente se sumará Alejandro Armenta, Alberto Jiménez Merino, políticos de peso y con capital político; sin embargo, no faltarán también los personajes como Javier López Zavala que aún suspiran por las glorias del pasado; y a ellos se sumarán más de media docena de aspirantes de medio pelo, que se pronunciarán por ocupar la silla de Casa Puebla.
Seguramente, en esta ola de destapes no veremos los nombres de Juan Carlos Lastiri, Blanca Alcalá y mucho menos el de Jorge Estefan Chididac, quien se perfila para ocupar la presidencia de la Comisión de Presupuesto en San Lázaro. Aunque esto no quiere decir que los dos primeros no estén jugando.
Incluso, me parece que Blanca y Juan Carlos son las dos cartas más fuertes vistas por desde Insurgentes Norte y Bucareli.
En cuanto a Estefan, resulta impensable un escenario en donde Tony Gali se enfrente en campaña y en la misma boleta al diputado electo por Izúcar. Una disputa entre concuños es literalmente impensable. 
Así las cosas, mientras el PAN ya tiene virtual candidato y trabaja para reposicionar la marca panista y el nombre de Tony Gali en el estado; la dirigencia nacional del PRI aún está muy lejos de definir a su abanderado, y entre más se tarden, la división al interior se acentuará más. Incluso, Doger y algunos otros no descartarían la posibilidad, en caso de no ser el elegido, de buscar la candidatura independiente o por un partido como Morena.
De entrada, Moreno Valle ya les comió el mandado y desde esta semana trabaja en posicionar a su candidato; insisto, ahora el balón está en la cancha del PRI. 
Ahora los tricolores están en la disyuntiva de seguir los tiempos del Señor de los Cerros, o de esperar su clásico calendario y definir candidato hasta fin de año, con todos los conflictos y divisiones que esto implica.
Por lo pronto, ya dos levantaron la mano, más los que se acumulen esta semana.