En los estertores de su liderazgo perredista, Carlos Navarrete Ruiz, —en rueda de prensa por Puebla— mostró una especie de odio enfermizo en contra del PRI.
Es evidente que sus amoríos políticos con el Señor de los Cerros, lo obligan a dejar planchada una posible alianza del PRD con el PAN, para cumplir así con los intereses de Los Chuchos en Puebla.
El aún líder del partido del Sol Azteca, ayer olvidó sus críticas hacia los panistas, a los que prefirió lanzar pétalos de rosas, mientras despotricaba en contra del PRI.
Seguramente Navarrete piensa que nadie se da cuenta de su doble cara y que puede en otras tierras arremeter contra panistas, y venir a Puebla a protegerlos.
Y seguramente piensa que sus críticas al priismo nos pueden hacer olvidar sus complicidades con el gobierno peñista que lo llevaron a avalar reformas legislativas en San Lázaro durante su liderazgo nacional.
Para su mala fortuna, la doble moral este mercenario político, llevó a su partido a la peor crisis de su historia, generando que los verdaderos perredistas, exigieran su inmediata renuncia.
Sin embargo, es así como funciona la política en México. Solo aquí duermen juntos los altos mandos de la izquierda y la derecha, con tal de mantener la suculenta liga de los negocios.
Lo que no dice Navarrete, es que ante su salida el PRD tiene como prioridad encontrar alianzas con todas las fuerzas de izquierda, incluidos Andrés Manuel López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas y por supuesto Morena.
En esa lógica, las alianzas con el PAN por los acuerdos de Los Cuchos con Moreno Valle corren serio peligro. 
Y lo más grave para el PRD es que después de la derrota del 7 de junio, en donde Navarrete y su partido fueron superados por Morena, las alianzas con el PRD no valdrán nada.
Si de cifras quiere hablar, se le puede decir que el padrón que tiene el PRD en Puebla es de 95 mil afiliados, y el total de votos que recibieron fue de 84 mil; es decir, que ni los perredistas votan en estos momentos por su partido.
Así las cosas, Carlos Navarrete como títere de Los Chuchos, con los mercenarios históricos de la izquierda Jesús Martínez y Jesús Zambrano al mando, han destrozado al partido que a punto estuvo de abrir las puertas de Los Pinos a la izquierda.
Desafortunadamente, estos negros personajes, hicieron del PRD una franquicia, misma que en Puebla y otros estados se la vendieron al Señor de los Cerros.
La historia de Los Chuchos no es nueva y se remonta a los años setenta, en donde lucraron con el Partido Socialista de los Trabajadores a quienes se les permitía la invasión de tierras, entre otros jugosos negocios.
Este grupo que posteriormente fue el Frente Cardenista encabezado por Rafael Aguilar Talamantes hablaba a nombre de la izquierda y cobraba con la derecha.
Esperemos por el bien de la verdadera izquierda que la renuncia de Navarrete sirva para el resurgimiento de un partido que alguna vez hizo soñar a millones de mexicanos.
Por lo pronto, lo de ayer no fueron más que los estertores de un perredista moribundo.