En la colonia de Santa María La Rivera, aquella de la clase media alta acomodada de los finales del siglo antepasado y del pasado, en la calle de “Fresnos”, vivió ahí buen tiempo doña María de la Soledad Aguilar González y de ahí eran las familias Aguilar González y Muñoz, orígenes del matador Jerónimo, a quien hoy tenemos que escribir estas líneas para darle el pésame por el fallecimiento de su abuela paterna.
Doña María de la Soledad falleció en días pasados en el D.F. a la edad de 105 años, nacida en el año de 1910, en el mero casco de la hacienda de San Mateo Huizcolotepec, hoy la célebre “Piedras Negras”.
Hermana mayor de Jorge “El Ranchero” Aguilar, nacido en año de 1927. Discreción había pedido la abuela para sus funerales y un enterramiento, como los de antes, esa es la razón, por lo que ahora con autorización de la familia se da a conocer la noticia, que mueve a presentar al matador Jerónimo; al muy conocido y apreciado “papá de torero”, su padre “Nacho”, tíos y demás familia sentidas condolencias.
Eran está señora, junto con sus hermano el Matador Jorge, el otro también matador de Toros Flavio y doña María Luisa que aún vive por los rumbos de Teziutlán, hijos de don Gabriel,en ese entonces desempeñaba el muy apreciado cargo de “encargado” de la tienda de la casa de toros criar y enorme hacienda agrícola y pulquera; lo que hoy podemos llamar “Gerente de Tienda” de un gran centro comercial.
Tipazo este don Gabriel, muy buscado y bienquiso por toda la peonería y estimado por los “amos” de la casa, era como un marques en el verdadero pueblo que entonces era la calpanería de Piedras. Pues ahí en su casa de patio cuadrado cerrado por corredores que dan a las habitaciones, por cierto ubicada dentro de la misma casa hacendaría, nacieron el “Ranche”, y sus hermanos de los que hoy doña “Cholita” nos ha dejado. Cuentan las historias de esa hacienda que nuevamente está de luto que:
A las instalaciones de la tienda de la hacienda de “Piedras Negras” llega uno de los humildes peones y pregunta:
—¿Está don Grabiel?
—¡No. No es don Grabiel!, corrige, muy serio el ganadero de Piedras don Lubín. ¡Es don Gabriel!
—Enton´s patrón, ¿Por qué le dicen “don Gra”…?
Descanse en paz doña María de la Soledad, resignación para Jero, Nacho y todos los demás “perniciosos”, como bien les llama el Maestro Leonardo Páez-Ramírez de Arellano.
Mientras… nos leemos el jueves.
Doña María Soledad Aguilar González.
“Piedras Negras”, la casa ganadera que vio nacer a Jorge “El Ranchero” Aguilar, a doña María de la Soledad y a toda una estirpe de gente buena, campirana y muy, muy del toro.