Al estilo Hitchcock, ministros de la SCJN pidieron más tiempo para analizar la ley anti Bronco poblana. Dicen que ahora sí el lunes será el día fatal en que la Corte revise los candados anti independientes del 22 de agosto. Habrá que esperar. (MMC)
 
 

Autopromoción futbolística

Un estadio de más de 600 millones de pesos generó suspicacia en medios como Reforma y Proceso que criticaron el gasto en la remodelación de un estadio de futbol en Puebla. Política y futbol van de la mano. Y la remodelación de un estadio le sirve a políticos para su autopromoción. (MMC)

Lozano puntea

El hecho de que Javier Lozano Alarcón haya sido uno de los dos políticos poblanos que estuvieron en la inauguración del chiquihuite azul, puede ser el mensaje de que el senador se está preparando para ocupar la silla que dejará Tony Gali.
En su conferencia de prensa ya se vio el ajuste en el equipo de comunicación, y algunos de quienes asistieron lo vieron hasta menos ordinario. (FSN)
 

Puebla es para la oligarquía económica

El chiquihuite Multiva es un acuerdo con el grupo empresarial Imagen de Olegario Vázquez Raña, propietario de radio, televisión, periódicos, hoteles, hospitales de lujo, del equipo de futbol Querétaro y ahora de un estadio de futbol, que por cierto tiene los colores del banco. No cabe duda que son las complicidades del futuro político de Rafael Moreno Valle, que ya entregó la Constancia Mexicana a Azteca, aunque falta ver qué le toca a Televisa. Lo que no deja duda es el reparto para los grupos oligárquicos de la economía que usufructúan al país. (SVC)

El que será chiquihuite por siempre

Aunque al final, el estadio de futbol poblano se llamará Multiva, nombre todavía no oficial, lo cierto es que el evento político-deportivo del pasado miércoles muestra un inmueble decorado con los colores del PAN, del que Rafael Moreno Valle se ha apropiado, en busca de consolidar sus aspiraciones presidenciales. Lo cierto es que la vox populi manda y el estadio poblano será por siempre el chiquihuite, nombre que recibió antes de la privatización del coliseo futbolero y de la entrada de una marca comercial. Empero, antes de esos acuerdos fue bautizado como el chiquihuite y así quedará por siempre. (SVC)