Hoy como hace cuatro años, Andrés Manuel López Obrador, en su calidad de precandidato a la presidencia de la República, por la coalición Movimiento Progresista —formada por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano—, iniciaba una gira proselitista por Puebla.
Aquel 25 de febrero de 2012, Obrador rechazó estar enfermo y anunció que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) contaba con más de 4 millones deactores que quieren el cambio verdadero, “tenemos gente en todos los municipios, colonias, barrios, estamos organizados, cadauno va a convencer a cinco mexicanos máspara tener un ‘ejército’ organizado parael cambio”.
Desde hace cuatro años, López Obrador tiene un voto duro fuera de membretes partidista. Su discurso esperanzador y su crítica constante a los gobiernos del PRI y PAN lo mantiene la preferencia de los electores de izquierda.
Tras su renuncia al PRD, López Obrador en Puebla trabajo para consolidad al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y aunque los actuales dirigentes del PRD poblano desestimaron la desbanda de militantes, fue una realidad.
El voto duro del PRD esta con López Obrador y eso le permitió no sólo ganar en Puebla la presidencia de la República, sino no colocarse como la tercera fuerza política del estado.
Las constantes giras proselitistas de López Obrador por los municipios de Puebla lo permiten tener una fuerza electoral para las elecciones que se avecina.
A diferencia del PRD poblano que carece de trabajo político y estructura en la mayoría de los 217 municipios para encarar las elecciones de junio próximo.
Tal es su temor que los perredistas poblamos imploran una y otra vez la caridad de López Obrador para que el PRD se alíe a Morena y sea su tablita de salvación.
Morena ha rechazado una y otra vez las intenciones de los perredistas poblano, sin embargo, insisten en una alianza de izquierda.
 La última palabra la tiene López Obrador, quién es el que ha trabajado municipio por municipio para mantener la fuerza que hoy tiene en Puebla.
Hoy por hoy, López Obrador tiene en Puebla un capital político que otros personajes políticos no tienen. Estará dispuesto López Obrador a compartir esos logros con los perredistas que en los últimos años sólo se dedicaron a vivir de las canonjías que les dejó la alianza con el PAN y ahora que rompieron con el morenovallismo quieren subirse a una maquinaria aceitada para poderse salvar.