1.- Como mexicano del común, ignoro cuál haya sido la intención presidencial, de ir a la frontera —seguramente en esa súper nave de pachas árabes petroleros—, a declarar que México, su pueblo, con su gobierno no intervendrá en las elecciones de los Estados Unidos.
2.- Declaración vacía de sentido por varias razones:
a).- Carecemos de una economía nacional destacada a nivel mundial.
b).- Dependemos hasta un 80% de las compras gringas a la planta productiva mexicana, incluyendo el oro negro de López Velarde.
c).- Nuestros capitalistas, nuestra casta política, nuestros intelectuales, serían incapaces de opinar en asuntos ajenos, sobre todo en cuestiones políticas que les puedan acarrean complicaciones en sus intereses personales, toda vez que son parte de un sistema cauteloso, discreto, complicado y corrupto que no admite autocriticas caseras. Aquí no hay un Noam Chomsky, ni multimillonarios que le pidan al gobierno pagar más impuestos, para atender a los pobres.
d).- Carecen nuestros líderes de prestigio social interno, y de influencia moral extra.
e).- Y por si fuera poco, tenemos emigrantes en número de diez millones, atareados vendiendo arriba del Río Bravo su fuerza de trabajo.
3.- Si carecemos de poder económico, de liderazgos, internacionales, de prestigio moral, bien haríamos como traspatio de los gringos, de no opinar ni de lado en asuntos que jamás serán influenciados por nosotros mientras no reorganicemos a nuestra Patria.
3.1.- Pronunciándonos oficialmente sobre las elecciones gringas en una abstención, damos pie a respuestas intervencionistas.
4.- Aquí como decía Carlos Alberto Madrazo Becerra a sus amigos carentes de rango político nacional: “Ustedes son perros chicos los perros de este tamaño no entran a las peleas de perros grandes. Con una mordida a la cabeza los despedazan”.
NUESTRA CASA
“Eppur si muove”, estén como estén las cosas. La educación superior en Puebla, corre, no camina.