De manera inicial le comento que la ejecución del periodista Aurelio Rivera Campos, director del semanario El Gráfico de la Sierra, aun no ha sido esclarecida.

Quedan otras líneas de investigación que la Fiscalía General del Estado (FGE) ha ignorado, a propósito o por negligencia, y estas apuntan a por lo menos 3 mandos de la Policía Ministerial del Estado o mejor dicho la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI).

Este reportero tiene testimonios escritos e incluso publicados en su momento en la Sierra Norte del estado que apuntan a casos de corrupción policiaca donde hay nombres y señas de involucrados que el fiscal general, Víctor Antonio Carrancá Bourget, decidió ignorar para irse por la vía más fácil e involucrar a otro periodista, Pedro Garrido Cuevas y dejar la investigación en la penumbra.

‎Este fiscal, por iniciativa propia o siguiendo las órdenes de su jefe directo, decidió inventarse un responsable y no solo eso, dejó correr la información a nivel nacional de que el caso del asesinato del periodista ya se había aclarado.

"Problemas entre el gremio", adujo, y después le dio la espalda a lo que ahora es un auténtico conflicto.

Y es que el fiscal, primero, no midió las consecuencias de su declaración y además de poner en riesgo a la familia de quien señala como presunto responsable, violó la ley del Nuevo Sistema Penal de Justicia.

Primero, no debió haber adelantado el resultado de una investigación si legalmente no eran dueños de la verdad.

Acusar a un periodista al vapor es contra la ley, primero deben detenerlo, presentarlo ante una autoridad competente, vencerlo en un juicio legal.

Pero se pasó la Constitución Mexicana por el arco del triunfo.

Y ahora la familia de Pedro Garrido Cuevas se encuentra en alto riesgo desde tres flancos.

Primero la familia del periodista ejecutado ejerce toda la presión posible para tomar venganza.

¿Y si no fue?

Luego, el asedio de la Policía Ministerial que mantiene rodeada la casa de Pedro Garrido y las instalaciones de donde se encuentra el periódico La Voz de la Sierra.

Tercero, gente desconocida, en vehículos de lujo, algunos sin placas, siguen de cerca a la familia del periodista implicado en el homicidio de otro periodista.

El domingo pasado esta familia fue víctima de persecuciones y de seguimiento de hombres con rostros demasiado violentos.

Hay quienes dicen que a los familiares les apuntaron con armas largas desde lejos, pero no les dispararon, solo querían asustarlos.

Esta familia, la de Pedro Garrido, no descarta la posibilidad de acudir con el gobernador del estado para pedirle su intervención, para que frene la persecución de que son objeto y ofrezca garantías para que no sean molestados, a fin de cuentas ellos solo son familiares de alguien que sin pruebas fehacientes ha sido señalado como responsable de un crimen.

 

 

Pero detrás de toda esta historia se encuentran agentes corruptos que sí deberían ser investigados, no solo por la muerte del periodista, sino además de la protección a grupos delictivos que mantienen aterrorizada la región de Xicotepec de Juárez y de la misma Sierra Norte.

Entre los servidores públicos implicados se encuentra un comandante, con copias de WhatsApp, donde ha solicitado diferentes cantidades de dinero para ayudar al periodista ahora afectado por un señalamiento directo.

Incluso hay cuentas bancarias.

La verdad saldrá a relucir.

Nos vemos cuando nos veamos.