A la distancia, en una cómoda sala del amplio vestíbulo del hotel Quinta Real, en el Centro Histórico de Puebla, los dos conversaban. Uno frente al otro, parecían relajados, sin apariencia de discutir en medio de diferendo político alguno; todo era como una conversación casual, sin el aspaviento provocado en los últimos días.
Vino a la memoria del reportero el día cuando un grupúsculo de gritones abucheó, chifló y descalificó a uno de los dos protagonistas de la escena, cuando el dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, había firmado con actores de diversa índole el “Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Puebla y el Renacimiento de México”.
La provocación de la que no fue ajeno el dirigente político y virtual precandidato presidencial, así como ninguno de los miles de asistentes, fue interpretada como un boicot en la lucha interna por ganar espacio de poder rumbo a la decisión final para elegir al abanderado de ese partido al gobierno de Puebla, también en 2018.
Otro episodio fue el de colocar en redes sociales una pieza gráfica con una animación en stopmotion para explicar con detalle la situación en la que se encuentra la Ley de Aguas, reformada por una iniciativa legislativa del exgobernador Rafael Moreno Valle en 2012 y que abrió la puerta a la empresa Concesiones Integrales para distribuir y cobrar los servicios de dotación del líquido a precios prohibitivos en la zona metropolitana del estado.
El autor de esa pieza fue el diputado federal del Movimiento Regeneración Nacional, Rodrigo Abdala, quien subrayó con toda intención que entre la mayoría de los diputados locales, el “único (diputado) del Movimiento Ciudadano”, era ni más ni menos que la contraparte con quien se le vio en la conversación mañanera de la víspera: el edil de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa.
La rivalidad entre ambos personajes no es un caso nuevo, desconocido, ni simulado. El legislador federal es un cercano al senador Manuel Bartlett Díaz y comienza a tener madera de precandidato; el edil de San Pedro Cholula tiene el apoyo del jefe delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal.
Bartlett Díaz y Monreal Ávila son cabezas de grupo y al mismo tiempo dos hombres cercanos a López Obrador. Ambos están en la lógica de imponer candidatos y Puebla se ha convertido en la extensión de la lucha de poder de los cercanos al dirigente del partido de mayor crecimiento electoral rumbo a la elección de 2018.
Por eso llamó la atención la reunión mañanera de este lunes. Relajados, solos, sin asistentes y libres de mirones, dialogaron. Luego se pusieron de pie y caminaron hacia donde el columnista esperaba desahogar cita con otro personaje de la escena pública, sonrieron y saludaron amables. No había tensión en sus rostros.
¿Algo les cayó mal en el desayuno?, punzó el reportero para lo que respondieron sonrientes, ambos, que todo había sido cordial. No hay pleito, dijeron.
Abdala, que ya había respondido en el programa ParabólicaTV que no tenía diferendo alguno con el edil cholulteca, ratificó lo dicho en la entrevista. Pidieron ser invitados juntos al programa, se comprometieron a revisar agendas, se despidieron y juntos partieron rumbo al estacionamiento del inmueble.
Veremos si la tregua del Quinta Real, acordada la mañana del lunes, permite tener a Morena el parto de la candidatura rumbo a 2018 sin aspavientos.