¿Por qué será que la gente que piensa diferente a mí siempre está equivocada? Esta era la pregunta que se hacía mi compadre querido, “El Superman”, que hoy está más solo y olvidado que un libro de civismo.
Vaya, sus amigos tienen más deseos de visitar al dedo de un proctólogo que a mi compadrito querido.
Es que eso de “ser dueño de la verdad única” es un negocio destinado al fracaso.
La verdad es como la culpa, quien sabe quién la tiene, solo existe en la mente de la persona que la creó, porque la percepción es vista de forma diferente para cada ser humano, porque la circunstancia de vida de cada quien es diferente. Entonces “todo es según el cristal con que se mira”, decía mi abuela.
En pocas palabras: la neta no existe o existe solo para el que la piensa, al menos esa es mi “meta”.