El diputado local por el Partido Acción Nacional, Jorge Aguilar Chedraui, es todo menos un integrante de la jodida clase política que dibujó el profesor Carlos Hank González, el modelo más conspicuo de empresario-político: “Un político pobre, es un pobre político”.

Los accesorios de los que se acompaña en un día de trabajo cualquiera no dejan lugar a dudas. Solo en las manos con pedicura bien cuidada de tribuno aséptico y coordinador de la bancada de Acción Nacional, suman unos 200 mil pesos.

Ilustra el reloj de pulsera Luminor Paneira con correa de piel de becerro Monte Carlo, cuyo precio en el mercado es de entre 175 y 180 mil pesos, según se puede ver en el mercado en línea o en la joyería preferida de la clase política y empresarial poblana, Torres Joyas.

La elegante pieza tiene un fondo de cristal de zafiro transparente y un dispositivo protector de corona de acero satinado y cuenta con 21 rubíes. Aunque el modelo no es reciente, es una exquisitez para cualquier conocedor.

“A principios de la década de los 90 Officine Paneira se orientó al mercado de los relojes no militares y presentó una colección de tres modelos de edición limitada a un público internacional formado por coleccionistas y admiradores de la marca”, se puede leer en sitio oficial http://www.panerai.com/es/colecciones/coleccion-de-relojes/luminor/luminor-base-8-days-acciaio---44mm_pam00560.html.

No hay forma de encontrar humildad en el atuendo diario de ese integrante conspicuo del círculo más cercano a Rafael Moreno Valle, el exgobernador señalado por algunos de sus excolaboradores de haber permitido el enriquecimiento de sus cercanos.

Un par de mancuernillas Mont Blanc, elaboradas de acero pulido, con piedra de Madreperla lapislázuli y ónix con un costo en cualquier tienda con joyería masculina de 8 mil pesos, adornan los puños elegantes de la camisa, impecablemente almidonada.

Cambio notable en la forma de vida de un funcionario de medio nivel en sexenios anteriores y que de acuerdo con testimonios bien acreditados, antes del inicio de la administración de Moreno Valle, en febrero de 2011 tenía, junto con toda su familia, deudas impagables que lo ponían en condiciones de quebranto financiero.

Todo forma parte de un pasado nebuloso, pues la bonanza de hoy permite tener licencias como los accesorios de lujo con los que todos los días se presenta a laborar en la reducida oficina en las instalaciones del Congreso del Estado, espacio físico que contrasta con el edificio de tres niveles sobre la avenida 11 Sur, a la altura del Club de Golf Campestre, en donde se ubica la casa de atención ciudadana.

Una veintena de secretarias, asistentes y asesores, van de un sitio a otro en medio del trajín del día para atender imponderables, necesidades y urgencias del legislador que al tiempo de ocupar la coordinación del grupo parlamentario del PAN, es presidente de la Junta de Coordinación Política.

La nómina de esa enorme estructura desde donde se trabaja la construcción de la plataforma para ser candidato a la presidencia municipal es de al menos 2 millones de pesos mensuales, que salen de una cuenta de la que todo mundo sospecha, pero nadie se atreve a señalar.

Jorge Aguilar Chedraui transpira y huele aún a los negocios que montó con los proveedores del sector Salud con domicilios fiscales por el rumbo de la colonia La Paz, donde comenzó la historia que un día deberá ser contada.