¿Qué diría el lector si le comento el caso de un agente de la Policía Ministerial que golpea a mujeres con la cacha de su pistola, sin ningún recato?
Seguramente, diría que eso no es nuevo, que hay agentes ministeriales que pese a su preparación son prepotentes y, en otros casos, hasta corruptos.
¿Qué diría el lector si le comento que el caso que aquí le voy a narrar es el de un agente comisionado como “secretario” de la fiscal que investiga delitos contra la mujer?
Quizás también diría que no tiene nada de extraño.
Se trata del agente José Juan Vera Espinosa, quien ya fue denunciado en la Fiscalía General del Estado (FGE), por delitos de abuso de autoridad, lesiones y lo que pueda resultar.
Este agente se metió en un conflicto familiar, pero utilizó su arma de cargo y sus influencias para agredir, en este caso, a dos mujeres y a otras personas más.
Le comento que el agente en cuestión llegó a una propiedad que se ubica en calle Corregidora, de la colonia Los Pinos, forzó la puerta de entrada y a los perros que ahí estaban los golpeó con la cacha de su arma de cargo.
La dueña de la casa salió con su hija y esposo para pedirle a José Juan Vera que se calmara y que mejor se saliera de una casa que no era suya, pero igual se les fue a golpes a todos con la cacha de su arma, gritándoles que él era la ley, que estaba por encima de su patrón, aunque no dijo si era el fiscal Víctor Carrancá o Luis Galán, pero eso sí dijo que “se la pelaba”.
El agresor venía acompañado por tres de sus hermanos, una de ellas, mujer, y los dos hombres envalentonados por el primero también le entraron a los golpes y convirtieron la propiedad en una escena de lucha.
Los hechos que aquí le comento ocurrieron durante la tarde del domingo.
Los afectados gritaban a los vecinos que “alguien llamara a la policía”, llegando la del estado, aunque los agresores ya se habían retirado.
Por cierto, en un vehículo que el agente tiene a cargo y que es propiedad del gobierno del estado.
Los afectados, entonces, acudieron a la Fiscalía Especial para la Atención a la Mujer, pero como se dieron cuenta a quien iban a denunciar, además de que el agente era “compa”, no se las quisieron recibir y les recomendaron o advirtieron que se retiraran.
La denuncia fue presentada entonces en la FGE, y cuando los afectados esperaban llegó el agente agresor, estos le dijeron al Ministerio Público que ése era y el ministerial se salió corriendo, antes de que lo detuvieran.
Y le comento que ahora este ministerial ha pedido a sus jefes que le falsifiquen un oficio de comisión, para que diga que estaba en otro lugar y pueda así salvar su pellejo.
Si le llegan a falsificar el documento sería muestra de que la impunidad en la FGE no se ha erradicado.
Por cierto, las autoridades de Tlaxcala quieren copiar el modelo de la Fiscalía Especial para Asuntos de la Mujer.
¿Qué tal?
Nos vemos cuando nos veamos.