No en serio.
Quien quiere que en un estado sumergido en todo tipo de delincuencia exista un Fiscal que lo único hace es estorbar.
A este Fiscal, Víctor Antonio Carrancá Bourget, en pleno asesinato de una de las líderes de una organización social, se le ocurrió encerrar a los dos estrategas de Seguridad Pública, para presentar un boletín donde lo más rescatable es que dice que: “La Fiscalía investiga un crimen”.
Solo eso.
A las tres de la tarde, los dos secretarios de Seguridad Pública, Jesús Morales Rodríguez, a cargo del estado y Manuel Alonso García, de Puebla, fueron citados para que acompañaran a Gustavo Huerta a que leyera un comunicado, que no necesitaba presentación alguna, podría leerse solo.
Los principales estrategas en la seguridad pública perdieron tiempo suficiente para encabezar las investigaciones de la huida de los homicidas, desde que fueron vistos correr hacia la salida del mercado Hidalgo y con este mismo sistema seguirlos hasta ubicarlos y detenerlos.
O será que el Fiscal Carrancá tenía las órdenes precisas de desviar la atención de la prensa, de los mismos integrantes de la Organización Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre, de la sociedad, pero sobre todo de la política.
De dónde sacaron el narcomenudeo como móvil.
El cuerpo de Meztli Sarabia, aún no se enfriaba cuando la Fiscalía General del Estado (FGE), por desviar las acusaciones directas en contra del gobierno de Puebla, se le ocurrió relacionarla con problemas de narcomenudeo.
Y lo que es peor, dejó entrever que la muerte de la líder tenía que ver con un ajuste de cuentas en estos mismos rubros.
La FGE se pasó por el arco del triunfo que a la hoy occisa hace un año había sido amenazada de muerte, incluso existe una Carpeta de Investigación que así lo demuestra y que se quedó en el archivo muerto.
Se les olvidó que ayer, a las 9:30 horas, el caso del tercer de los hermanos, a quien vincularon con drogas y no se lo pueden probar, pero que como consecuencia había una marcha de apoyo.
En otras palabras, se les olvidó que a la hora de la ejecución no había mucha gente en el mercado.
Nos vemos cuando nos veamos.