La ambición por las candidaturas en el Movimiento Regeneración Nacional es tan grande, que la supuesta transparencia y democracia del partido de López Obrador ha pasado a mejor vida.
Detrás de la imposición de Gabriel Biestro Medinilla a la cabeza de la primera fórmula al Senado el pasado sábado, está el presidente del Consejo Estatal, Saúl Papaqui.
De los 160 consejeros, Biestro Medinilla tuvo 46, seguido de Fernando Jara Vargas con 40, y Miguel Guerra Castillo, con 30, formando así la terna que será "encuestada"; en el entendido de que a estos nombres se sumarán los palomeados desde el Comité Ejecutivo Nacional —léase AMLO—.
Lo que resulta inexplicable en un partido que presume de transparente, es lo que cínica y abiertamente hizo su dirigente estatal, para erigirse como el primero en la terna que buscará la candidatura a senador.
Veamos.
Resulta que el jueves pasado, en las instalaciones de Morena, el presidente del Consejo Estatal, Saúl Papaqui, dio a conocer la lista de aspirantes a coordinadores de la primera fórmula al Senado y ahí no aparecía el nombre de Gabriel Biestro.
La lista que dio el propio Papaqui, es la siguiente:
Héctor Bernal Mendoza
José Joel Blanco Ascensión Flores
Luis Armando Soriano Peregrina
Mario Bracamontes González
José Luis Ortega Morales
Fidel René Meza Cabrera
José Alberto Guerrero Gutiérrez
Fernando Manzanilla Prieto
Miguel Guerra Castillo
José Juan Espinosa Torres
Además de haberla hecho pública, informó que el plazo para anotarse en la lista era el mismo jueves 24 a las 12 del día por lo que ya estaba cerrado.
En pocas palabras, al líder estatal, Gabriel Biestro, lo metieron a la lista de contrabando.
Así las cosas, lo que se vivió el pasado sábado en el partido de López Obrador, fue un proceso marcado por la ilegalidad, ya que en la rueda de prensa del jueves, el mismo Biestro Medinilla, acompañado del presidente del consejo, reconoció que eran entre nueve y 10 los nombres, y en donde el suyo no aparecía entre los registros de la primera fórmula.
De los que se apuntaron y no quedaron, tienen sobradas para estar más que indignados, por la manera en que se está manejando el Consejo Estatal de Morena que permitió participar al presidente del partido, sin haberse inscrito en tiempo y forma, de acuerdo a lo que establece la convocatoria.
La flagrante violación a los estatutos del partido le da argumentos a cualquiera que impugne este albazo.
Un dato adicional es que Gabriel Biestro recientemente ingresó al Congreso del Estado su solicitud para tener la calidad de poblano, procedimiento que no ha sido resuelto por la instancia legislativa.
Este acto confirma que pese a haber declarado en diferentes ocasiones que no buscaría un cargo de elección, en realidad siempre tuvo esa ambición política.
Y si tenía todas las intenciones de participar, ¿por qué diablos no se registró a tiempo?
Evidentemente, este mapache piensa que ser el presidente de Morena le da el derecho a pasarse los estatutos por el Arco del Triunfo.
Lo que olvida Biestro es que el título de propiedad de Morena sólo tiene un nombre y ese es el de Andrés Manuel López Obrador, por lo que estar o no en la terna por la coordinación no servirá absolutamente de nada, ya que el candidato a senador saldrá de la encuestadora oficial de Morena, que no es otra que la mente de AMLO.
Y ya que hablamos de las sucias prácticas de Biestro, tenemos que en los dos últimos fines de semana en el Consejo Estatal, se ha impedido el acceso a los medios de comunicación, para evitar se documente la forma en la que ha tratado de bloquear a los nuevos cuadros morenistas y que representan un mayor potencial electoral.
Y lo que sucedió este sábado ya fue el colmo del cinismo, porque además de bloquear a los nuevos miembros de Morena, como Manzanilla y JJ Espinosa, su presidente se anotó en la lista de manera extemporánea y a escondida de sus militantes.
Y pensar que presumen de ser los paladines de la democracia los soldados contra la corrupción.
Ver para creer.
70 años sin Manolete
Hoy se cumplen 70 años de la tragedia de Linares. De la última estocada y el último suspiro del Califa. De la maldita cornada de Islero. De la leyenda negra de los Miuras. Del morir matando y matar muriendo de Manuel Rodríguez Manolete.
Este 2017 no sólo conmemora 70 años de su muerte, sino que celebra el centenario de su nacimiento.
Y Puebla con su viejo toreo tienen mucho que decir del diestro cordobés. Tres corridas en la desaparecida plaza marcaron parte de la leyenda. Manolete toreó el primero de enero del 47 en la Angelópolis por lo que se presume que aquí recibió su último Año Nuevo. Muy probablemente en el hotel Royalty en donde se vistió de luces.
Era Puebla la segunda plaza de México y el paseíllo del monstruo en nuestra plaza era obligado.
Hace 20 años, la Asociación Taurina de Puebla me invitó a dar una conferencia en el patio del Palacio Municipal en el marco del 50 aniversario luctuoso a la que titulé: “Manolete, ¿mito o grandeza?”
En ese inolvidable ciclo participamos el doctor Alberto Vázquez, Toño Casanueva, Adolfo Kirn (qepd), Miguel Ángel de la Garza, Jaime Silva (qepd) y Horacio Reiba.
Hoy, a cincuenta años de la tragedia y a 20 de estos homenajes, no podía olvidarme de este genio del toreo. Y qué mejor que recordarlo en la pluma del poeta granadino Federico García Lorca:
La cogida y la muerte
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!