El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, llegó a su quinto informe de gobierno, penúltimo del ejercicio y de acuerdo con el ritual sexenal, corte de caja del ejercicio del poder, haciendo política.
Lo realizado a lo largo de la gestión gubernamental hecho está. En materia de gobernabilidad, combate a la delincuencia y pobreza; finanzas públicas y agenda internacional, todo estará en el documento que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio entregue al presidente de la Mesa Directiva el viernes 1 de septiembre, cuando se instale el periodo ordinario de sesiones en el Congreso.
Después viene la soledad total y absoluta en la oficina principal de Los Pinos. El presidente lo sabe y por eso envió el jueves una señal, síntoma inequívoco que anuncia el parto del candidato del PRI para competir en la elección más difícil para ese partido político, el de Peña Nieto.
Con la habilidad política que caracteriza al coordinador de la bancada de los priistas en San Lázaro, Emilio Gamboa Patrón, sugirió a la fuente preguntar sobre el futuro decisorio. Sacó a la luz cuatro nombres que ya estaban en el imaginario: Aurelio Nuño, de Educación; Miguel Ángel Osorio, de Gobernación; José Narro, de Salud; y José Antonio Meade, de Hacienda.
Gamboa Patrón, el político más cercano a Peña Nieto que abrevó del poder presidencial desde hace 35 años cuando fue secretario particular de Miguel de la Madrid Hurtado, es la voz del presidente, nadie debe engañarse. El engranaje del sistema político comenzó su marcha y el legislador accionó el botón de esa vetusta maquinaria.
La decisión del presidente para mandar a uno de esos cuatro secretarios de Estado a la competencia el próximo año será la más compleja pues de ello depende prolongar la estadía de su partido más allá del plazo límite, el 1 de diciembre de 2018. Es un contexto particularmente complejo, pues no hay una sola empresa encuestadora que coloque con ventaja al PRI frente a Morena y Acción Nacional.
La estrategia para reposicionar esa oferta política frente a un electorado cada vez más escéptico, inconforme y demandante parece urgir en el tiempo. El jefe del Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador les lleva una notable ventaja y el PAN por sí solo aparece como una opción más competitiva frente al desgastado PRI.
Hace seis años y dos meses Peña Nieto se registraba como candidato presidencial luego de que fue emitida la convocatoria priista en noviembre. La circunstancia era otra y el abanderado de ese partido se presentaba con una ventaja que convertía al tricolor como una opción imbatible frente a los desaciertos del PAN.
Seis años después ese bono ciudadano se agotó y el desgaste por el ejercicio del poder hizo lo suyo. El plazo ya es perentorio y por ello, después del 1 de septiembre día del quinto informe no habrá más lugar en este país que para la política… Mucha política.