No sé quién fue el científico sapiens que nos describió a los humanos como Homo Sapiens, o sea, hombre sabio. No conforme con este pitorreo de sapiens-sabio, nos describe como sapiens, sapiens, es decir, como sabios pero, sabios, sabios, de a de veras.
Ya ni la burla perdonan. Cómo puede llamarse sabio a un Homo que ha hecho pinole al planeta, su casa, que mata a sus semejantes, que vive en una angustia constante, que mata de hambre a sus congéneres, que no sabe por qué ni para qué vino al planeta, o de dónde viene o a dónde va, ¿por qué’?, etcétera. ¿Eso es ser ¿sapiens?
¿Es de sabios utilizar la sabiduría para alcanzar sólo la gloria personal, cuando que todos los Homos vivimos bajo un mismo cielo, cobijados por el mismo sol, en el mismo universo?
Así es, lector querido; yo no se que nos pasó ni desde cuándo estamos hechos camote y, no sólo los poblanos estamos encamotados, sino todos los Homo Sapiens Sapiens de la aldea que llamamos tierra.
Cuando te das cuenta de esta triste realidad, hablar de Peña Nieto, de Trump o del alcalde de Cholula, vale gorro, porque la realidad es que quizá ellos estén alcanzando la gloria y el poder y el dinero, pero por dentro, están tan jodidos o más que los demás simples Homos.
Así es que: Homos Vemus, corazones no sabemus.
Deseo de todo corazón que mis cuatro lectores y todos los miembros del CBG sean simples Homo Vulgaris de a pie o si tienen pachochita que embarren un poco de su gloria, como la gente buena que también sobrevive en la aldea.