La visita del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer dejó en claro una realidad contada en esta columna constantemente: quiere a Puebla.
No sólo por el anuncio de los mil 526 millones de pesos para la reconstrucción de los planteles escolares afectados por el S 19, sino porque tiene especial interés en el territorio estatal como un plan político alterno en 2018.
Por eso los 369 millones del Fondo de Desastres Naturales y los mil 157 millones de pesos del programa Escuelas de Cien, que junto a los 300 del fondo emergente estatal suman más de mil 950 millones de pesos, casi de manera inmediata.
Para ello tiene un grupo aliado que ha hecho trabajo logístico y político, además de ejercer influencia desde la Secretaría de Educación Pública, con la titular de la dependencia Patricia Vázquez del Mercado y su consorte, el secretario general del ayuntamiento capitalino, Mario Riestra Piña.
Riestra, el jefe de una familia que abarca la Secretaría de Desarrollo Rural, con Rodrigo, su hermano; y con Susana, del mismo apellido desde el Congreso del Estado, se ha convertido en un factor que influye en la SEP estatal desde los jardines adyacentes a la sala José Vasconcelos en donde se le ve operando casi todos los días, a partir de las 4:00 de la tarde.
Por eso la operación que desarrolla la Secretaría de Educación en Puebla en favor de su similar en el plano federal para fortalecer su imagen en el territorio estatal abre interrogantes que deben responderse en diversos planos.
Una de ellas es si de la agenda que arregla desde las oficinas de la SEP estatal y con esa estructura con diversos grupos locales está informado el gobernador del estado, Tony Gali Fayad.
La otra es si de esta actividad al margen de su responsabilidad como funcionaria de primer nivel en el gabinete también está enterado el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, el panista que impulsa como futura candidata al gobierno del estado a su esposa Martha Erika Alonso.
Se trata de un impulso disimulado de un secretario de Estado que juega en dos pistas futuristas, como abanderado presidencial y al mismo tiempo como tapado para Puebla, permite advertir que juega con fuego el matrimonio Riestra-Vázquez del Mercado.
No será difícil suponer que las interrogantes seguirán sin respuesta, al menos hasta que en noviembre comiencen los cambios y enroques para estar en condiciones de enfrentar los desafíos del año político que viviremos. Sólo entonces se conocerá esa verdad oculta en la alcoba de la nueva monarquía.