Decíamos hace 8 días. Hablábamos de José de la Luz Huerta Rivera, aquel torero moreno, de mucha presencia, digno representante en bronce de la Sierra Norte de Puebla, nacido en Tetela de Ocampo, de ahí, lo de haber sido llamado “El león de Tetela”, digno portador del traje de charro y el vestido de luces, que bien lució por el planeta de los toros.
Y, decíamos que fue primero a “hacer las españas” y une vez hecho torero vino “a hacer México”, muy al contrario de los que vemos suele ocurrir hoy con los a’pas de los chamacos —a veces, ya no tan chamacos y con la novia embarazada—, que quieren, ellos, que sus hijos sean toreros: se gastan los ahorros, venden hasta el terreno que dejó de herencia la suegra y pagan para que el chamaco anunciado como “Gitanillo de Nopalucan” toree festivales con vacas ya tentadas o novilladas de selección en las que pagan su propio novillo, que ni siquiera ellos seleccionan. No, así no es la cosa.
Ilustramos esta nota con foto de un toro con cornamenta del ancho casi de la muleta que le presenta Paco Ureña. Eso, leña es lo que tienen que echarles.
Va también otra foto. Miguel Ángel Perera en una imagen que mucho dice, mucho expresa, el abrazo, lágrimas en los ojos, con el apoderado y amigo Fernando Cepeda.
Va la otra, el mismo Perera en triunfal vuelta al ruedo y salida en hombros de la multitud en lo que ha sido su quinta Puerta Grande en esa su plaza “Las Ventas” de Madrid. Se aprecia, se nota el cariño y entusiasmo del público. Pero más se nota el entrañable amor a la patria, a su bandera en momentos tan difíciles para España. Viste Ureña de tabaco y Oro, con bordados en trazo de cruz con remates y cabos albos.
Y en estos momentos de reflexiones no podría faltar el gran sentimiento de que algo muy grande nos va a faltar; la sonrisa muy pilla, la estatura y cara de gnomo, su estampa de duende de cuento o historia con final feliz, su ejemplar bonhomía, esa sonrisa entusiasta, su manera de enfrentar la vida.
Así, sonriente, le vimos caminar, acompañado de su anfitrión guía en Tlaxcala, el también ganadero Sabino Yano Bretón asistiendo a un Congreso Nacional de criadores de toros de lidia, a donde vino a compartir su sapiencia ganadera; venían, cuando les encontramos descendiendo la escalinata de acceso a la Capilla abierta del convento franciscano del siglo XVI en Tlaxcala. I n o l vi d a b l e su grata presencia. Que Dios Nuestro Señor tenga en su gloria al señor ganadero de prosapia: don Victorino Martín Andrés. Quedémonos con sus sabias palabras, sabiduría de un hombre que siempre vivió a contraquerencia: “Me siento afortunado porqué gracias al toro he descubierto muchos enigmas de las personas”.
FOTO 1. Una cartel de tronío en el Toreo de Puebla: Navidad de 1965: Alfredo Leal, Joselito Huerta, Manuel Benítez “El Cordobés” con toros de “Reyes Huerta”.
FOTO 2. Toro con cornamenta de gran envergadura. Eso: leña es lo que deben lidiar los que sueñan con ser toreros.
FOTO 3. Miguel Ángel Perera, dando triunfal vuelta al ruedo de “Las Ventas”, la bandera representa la unidad en estos preocupantes días.
FOTO 4. Un abrazo que mucho expresa EL TORERO Perera y Fernando Cepeda: (Foto Julián López. Aplausos)
FOTO 5. Su Majestad, el rey Felipe Sexto acompañado de doña Letizia entregan en emotivo acto a don Victorino Martín el Premio Nacional de la Cultura, apenas hace unas semanas.
FOTO 6. Dios quiera que el ejemplo de su integridad, honestidad perduren como un ejemplo de lo que fue don Victorino.?