En estos nuevos tiempos, creer en las encuestas es un verdadero acto de fe.

Entre charlatanes, maestros del cuchareo y encuestadores fantasmas, existen todavía algunos que deben ser considerados como consultores serios.

El día de ayer, El Economista publicó los resultados de su último estudio demoscópico, el cual genera más dudas que conclusiones.

Sin el ánimo de cuestionar un estudio que antepone el prestigio de uno de los dos diarios financieros más reconocidos del país, saltan algunos datos francamente inverosímiles.

De entrada, sorprende el hecho de colocar al frente de las preferencias electorales al Frente Ciudadano compuesto por PAN, PRD y MC por un margen de entre 3 y 4 puntos, ya que la lógica diría que el durísimo desgaste del PAN como principal fuerza de esta alianza, los llevaría hasta el sótano.

En ese mismo estudio, las cosas cambian radicalmente cuando a las marcas se les agregan los posibles candidatos.

Ahí se hace evidente que la marca AMLO es mucho más fuerte que la de Morena, ya que con su nombre en los cuestionarios los números le favorecen, hay que en un escenario Anaya, Osorio y AMLO, la diferencia se reduce a un punto, cayendo en un empate técnico.

No quiero pecar de escéptico, pero francamente no me creo lo de Osorio y Anaya peleando desde este momento codo con codo al tabasqueño.

Sin embargo, eso dice El Economista.

El caso que más atención atrae, es el de la medición de José Antonio Meade, quien se ve aún lejos del puntero, a seis unidades de diferencia, con la salvedad de que AMLO lleva 18 años en campaña y el titular de Hacienda apenas empieza.

El patético caso de Moreno Valle es digno de análisis, porque pese a que el Frente Ciudadano cuenta con 24.5 como marca, cuando entra el nombre de Rafael, se derrumban 6 puntos y pasan del primero al tercer lugar.

En sentido práctico, El Economista muestra al suspirante presidencial poblano, como el menos rentable de todos los personajes que fueron medidos.

En conclusión, concediéndole el beneficio de la duda sobre la credibilidad de esta encuesta, las conclusiones son que las marcas no son suficientes para ganar, pero que tampoco el nombre lo es todo.

Por un lado, en este momento AMLO sube de tercero a primero a la marca Morena-PT y Moreno Valle hunde al frente PAN-PRD-MC del primero al tercero.

Y eso que se refleja a nivel nacional, también puede replicarse en Puebla.

Así que en el tino de los partidos para elegir a su candidato está la clave del triunfo.

Falta poco para ver quién acierta y quién defeca los pasteles.