Al Dr. Roberto
Cordero Morales
En agosto de 1812, el Brigadier D. Leonardo Bravo está en México, realizando tareas militares y civiles. Es el mando segundo de Morelos.
Por necesidad jerárquica, necesítase nombrar a otro segundo mando cercano al único, el cual debe estar “a la orden inmediata “, llegado el caso. Dice Morelos: “He nombrado al Licenciado Don Mariano Matamoros cura de Jantetelco por el mérito que este ha contraído organizando Brigada en Izúcar, y defendiendo aquella plaza, a más de lo que trabajó en Cuautla, y a otros a que se agrega su talento y letras por cuyo motivo lo he dado a reconocer mi segundo, y a quien deberán ocurrir todos, y en todo lo de mi cargo en mi fallecimiento o prisión, quod absit”.
Morelos llega cerca de Oaxaca, pide la rendición como corresponde a un ejército civilizado.
Los de la ciudad combaten todos, (hasta los curas). Oaxaca fue tomada por los insurgentes. Ahí estuvo Matamoros. La toma celebrose con 2 misas: una para honrar a la Guadalupana, otra para el Estado Mayor.
Morelos parte para Acapulco, dejando a Matamoros en Yanhuitlán para que cuide a las Mixtecas todas.
En esos días, la Nueva España llegaba hasta el Itsmo de Tehuantepec, el resto era de la capitanía de Guatemala.
Vienen 700 soldados guatemaltecos mandados por el Italiano teniente Coronel Manuel Servando Dambrini a recuperar Oaxaca.
Bajo una digna defensa de los guatemaltecos, los insurgentes en Tonalá obtienen la victoria.
Antonio Sesma y el cura de Jantetelco, con mil doscientos infantes y trescientos de caballería, flanquearon, envolvieron y desbarataron a sus enemigos.
Notable fue también, que a la propaganda de guerra de Dambrini donde éste aconsejaba a los pueblos, que abandonaron sus casas y se escondieran por que los insurgentes eran judíos, y una gavilla de ladrones que mataban y hacían mil perjuicios; Matamoros contra atacó la información contraria en forma verbal y escrita:
“No hijos míos, os engañan, somos más cristianos que los gachupines. Defendemos la Ley de Dios, nuestras tierras, nuestros bienes, y a nuestros hermanos los criollos. Por esto es la guerra, queridos hijos míos, defendemos ser libres en nuestras tierras, gobernarnos nosotros y no ser esclavos de nadie”. (Gabriel Agraz García de Alba).
Vuelve Matamoros a Oaxaca, desfilando como un César en la Vía Apia. Hay Te Deum, y entre el botín guatemalteco hay 2 bellas esculturas de Guatemala tan dada al arte sacro.
Una irá a la iglesia de los Siete Príncipes, la otra a la Española. De ahí el héroe fue ascendido a teniente General. Con este rango intervendrá a poner orden entre los civiles miembros del Congreso General (diputados) que dedicados al ocio (sin guerrear), intrigan, chismean, calumnian, desprestigian a una institución recién bautizada a la cual falta la paz social, su legislación interior, sus sitios de trabajo en seguridad de sus vidas, y la conciencia de su existencia entre las gentes de esos días.
El 14 de octubre de 1813, se realiza una batalla entre el especial Batallón de Asturias proveniente de España y desembarcado ha poco en la Nueva España. El suceso bélico está consignado como de San Agustín del Palmar o la Batalla de Agua Quechula.
Había tal energía en el Teniente General, que da pena de muerte y tres carreras de baquetes por doscientos hombres al que volviera la espada al enemigo o intentara realizar actos de pillaje”.
Don Lucas Alamán, consigna ampliamente el triunfo del ya forjado regimiento matamorense en las luchas previas a esta de Agua Quechula. Igualmente lo hace Bustamante (Gabriel Agraz García de Alba). Los poetas Gustavo Baez y Ezequiel Chávez harán los poemas sobre la victoria describiendo los sucesos.