El arranque de las campañas por la gubernatura desnudó todavía más, por si hacía falta, los errores, omisiones y lastres que heredó el morenovallismo y se convirtieron en el eje de los discursos y estrategias de los tres principales candidatos.
Los feminicidios, el huachicol, la fallida y perversa privatización del agua, la reelección de facto que busca Rafael Moreno Valle, a través de su esposa, y la Ley Bala, se anunciaron como los temas a debate.
Incluso, apropiándose del discurso opositor, la candidata de Por Puebla al Frente, con tres partidos nacionales (PAN, PRD y MC) y dos locales (PSI y CCP), Martha Erika Alonso Hidalgo, ofreció en su arranque en Tecamachalco combatir el robo de combustible que su consorte dejó crecer y en el que se vieron involucrados funcionarios de su administración.
También prometió frenar la ola de feminicidios que superan el medio millar desde que llegó a Casa Puebla su marido y la concesión del servicio vital de la capital que casi decretó también él, aunque tuvo que avalar la mayoría morenovallista en el Congreso, a Agua de Puebla para Todos, por 30 años y que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ya declaró que viola la garantía básica de los poblanos de acceso al agua.
Son temas en los que se ve, y seguramente, se siente incómoda la candidata panista, pero que debe enfrentar, para amainar el torrente de críticas de sus adversarios.
Prometió, por ejemplo, mejorar el servicio porque, dijo, es muy caro revertir la concesión. Está visto que para ella será un reto conseguir las vías para deslindarse o eludir esas fallas que dejó la administración de Rafael Moreno Valle.
Por su parte, el candidato de Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES), Miguel Barbosa Huerta, ofreció solucionar todos los males que dejó la administración del ex aspirante presidencial.
Prometió la anulación de la Ley Bala, devolver a las juntas auxiliares sus facultades administrativas, revertir la concesión del agua, revisar la recaudación el Impuesto Sobre Nómina y reincorporar a los burócratas despedidos en el morenovallismo.
Los temas le vienen bien y son hasta una zona de confort para el ex perredista que tiene en ellos mucha tela de dónde cortar para los próximos 59 días.
Por su parte, el priista Enrique Doger Guerrero, con habilidad en las palabras, dibujó que los ejes de su campaña serán evitar la “reelección” que busca Moreno Valle a través de Martha Erika Alonso, terminar con las fotomultas y también revertir la privatización del servicio de agua y alcantarillado.
En las mentes, los discursos y las estrategias de los tres principales candidatos está presente, por el cúmulo de abusos, omisiones y yerros que dejaron un profundo malestar social, la administración del panista.
Martha Erika tratando de suavizar las críticas y recetando paliativos a los errores que dejó su esposo; en tanto que Barbosa y Doger tomando de ahí los argumentos que necesitan para convencer a los poblanos de que la continuidad del morenovallismo no es la solución ni el camino que deben seguir.
Hace un año y tres meses que Moreno Valle dejó Casa Puebla, pero pareciera que él es el personaje a vencer y el malo que hay que combatir, aunque no aparecerá formalmente en las boletas. Por algo será.