Una vez que la Secretaría de Seguridad Pública del Estado tomó el control de la seguridad en el municipio de Texmelucan este miércoles, no faltó la sospecha de que se trataba de desactivar al presidente Rafael Núñez en su calidad de militante del Partido del Trabajo, que forma parte de la coalición “Juntos Haremos Historia”, cuyo candidato es Andrés Manuel López Obrador.

El aspirante a la presidencia había estado un día antes en ese municipio, como parte de la gira proselitista en la que se ha dedicado a promover a los candidatos de esa coalición rumbo a la jornada del 1 de julio, y de ahí el razonamiento, que carece de todo rigor.

El edil de Texmelucan, lejos de ser un activo del PT se ha convertido en un actor a quien dirigen reflectores para cuestionar su desempeño plagado de negativos.

Su protector, el exgobernador Rafael Moreno Valle lo dejó solo desde hace tiempo, pues su aportación a la política de uno u otro grupo es inexistente. Rafael Núñez es un cero a la izquierda para “Juntos Haremos Historia” y para el grupo del exmandatario.     

El 25 de abril, por ejemplo, arribó a esa cabecera municipal el comisionado de la Policía Federal, Teófilo Gutiérrez Zúñiga, acompañado de mandos de la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo titular es Jesús Morales Rodríguez. Una y otra vez buscaron al edil sin tener respuesta.

Enérgico, el mando de la Policía Federal pidió hablar con él en persona. Dijo que llevaba un mensaje importante y confidencial del gobernador Tony Gali Fayad. La respuesta fue siempre la misma: No.

Quiso enviar como su representante al comisario de la Policía Municipal, la corporación de quien hoy se sospecha por sus probables vínculos con grupos delictivos. La respuesta de los mandos fue negativa en todo momento. 

Cinco días antes del agravio del edil al mando de la Policía Federal y al personal de Seguridad Pública estatal, habían aparecido cuerpos desmembrados en las calles de Independencia y Jalisco; pero el tres de marzo, en pleno zócalo había ocurrido algo similar.

El hallazgo siempre lo había efectuado la policía municipal, que se informaba de manera anónima, decían. Hoy que los elementos fueron llevados a la Academia de Policía existe la presunción de que hubo involucramiento con grupos dedicados al robo de combustible.

Hay personaje conocido como “El Loco Téllez” a quien se le atribuye el control de la plaza y que otro grupo le disputa el control. Todo ha sucedido en la nariz del presidente municipal, que se negó a recibir a los enviados del gobernador.

El operativo para desactivar a mandos y policías en San Martín Texmelucan fue planeado desde la noche del martes. En la Fiscalía General del Estado fueron reunidos elementos de la Policía Ministerial y lo mismo sucedió en el C-5 de Cuautlancingo y Policía Federal.

Para cuando actuaron, el presidente municipal estaba ajeno a todo y fue informado hasta pasadas las 11:00 de la mañana. De ese tamaño es la omisión de Rafael Núñez, el edil que parece más interesado en las utilidades que deja la cadena de zapaterías de su propiedad, origen de su vocación comercial.