Una manta colocada en las inmediaciones de San Martín Texmelucan, a través de la cual se alertaba de una presunta limpia de cárteles y un cateo efectuado el pasado fin de semana en áreas sensibles de lo que fue la Policía Municipal de ese lugar permitieron reunir un conjunto de pruebas para vincular a proceso a tres mandos en las últimas horas.

La ausencia de precisión de los grupos pandilleriles aliados con los uniformados les impidió leer el momento que viven en ese municipio tras la decisión del gobernador Tony Gali, apoyado en la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, con Jesús Morales; la Fiscalía Metropolitana, con Gerardo Huerta; y del comisario de la Policía Federal, Teófilo Gutiérrez.

Tras el operativo que permitió detener, desarmar y poner a disposición de la autoridad a los policías falsos consiguió el reconocimiento unánime y permitió poner un freno a la ola de terror que la campaña a través de redes había dejado correr desde aparatos móviles en posesión de la corporación.

Una fuente altamente confiable narró al reportero que un primer hallazgo tras el cateo autorizado por el juez permitió encontrar, entre otros elementos de prueba, que en la Comandancia de la Policía Municipal de Texmelucan había sido cambiado el DVR (digital video recorder) que captaba toda la imagen de las cámaras de seguridad en esa cabecera municipal.

Sólo el trabajo de análisis de los peritos especializados permitirá establecer cuánta evidencia pudo haber desaparecido tras el cambio del equipo digital que constituye hoy en día, la memoria gráfica urbana de esa ciudad lastimada por dos grupos que se disputan el control de la extracción de hidrocarburo.

El resultado de la investigación también deberá arrojar la fecha en el que el DVR fue sustituido y qué tipo de escenas son las que los responsables de esta decisión, entre quienes se encuentran Miguel Ángel ‘N’, comisario de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad, y Sinué Jerónimo ‘N’, director de Seguridad Pública y Mauricio ‘N’ no quieren que se deban conocer.

El viernes 4 de mayo el autor de esta Parabólica relató la forma en la que el ex funcionario de la Secretaría General del municipio, Eduardo Cebada Salazar fue encontrado ejecutado y desmembrado. Nada de eso ha querido decir el edil Rafael Núñez. 

Era un abogado que según relatan, ofrecía asistencia jurídica a elementos de la Policía Municipal y según un testimonio, fue quien ante uno de los presuntos narcomensajes hallados en la vía pública reta a quienes aparentemente son halcones de un grupo rival: “yo vengo de parte del comandante fantasma, esta plaza está encargada acá”.

Unos 12 días después de que ese servidor público que se condujo con altanería frente a sus interlocutores al momento de desmontar una de las supuestas narcomantas, aparecería en despojos ante el azoro de los habitantes de esa cabecera municipal que habían comenzado a vivir con miedo, hasta que la policía fake de Rafael Núñez fue puesta a disposición.

Una madre de familia de la escuela primaria Benito Juárez dijo que el plantel quedaría cerrado a toda actividad luego de conocer los mensajes en los que se advertía de una limpia el siete de mayo, o sea unas 24 horas antes de que se efectuara la audiencia de vinculación a proceso de los mandos policiacos.

La cloaca está abierta y no tardarán en que el hedor alcance al edil texmeluquense, imposibilitado para explicar cómo es que no estaba enterado de la existencia de más de centenar de policías falsos que burlaron la ley y la confianza de la sociedad.