Es en la Fiesta Brava, nuestra querida Fiesta y en el Planeta de los toros el único lugar donde se ve esto: el publico puesto de pie y en medio de gran entusiasmo – ver y vivir esto enchina la piel – aplaude el paso de los restos de un toro bravo y noble, en el homenaje ordenado desde el Palco de la Autoridad y llamado así “Arrastre Lento”.

Se llamó “Sartenero” de las dehesas de “Baltazar Iban”, un muy bravo y noble novillo-toro, lidiado en el pasado serial Alfarero de Oro y considerado el mejor de esa feria en Arnedo.

                           

Otro gran toro que hizo poner respetuosamente al publico de pie, para brindar sonora ovación al momento de la “Vuelta al ruedo”  ordenado en honor de otro Novillo Toro, de nombre “Burgales” para el que se pidió el indulto, excelente ejemplar de la casa ganadera de “Flor de Jara” y lidiado en la singular y original “Plaza” de Algemesí en Valencia. Y le sustantivamos “singular”, aunque lo correcto es auténtica Plaza de Toros, pues se ubica, la ubican en lo que es la Plaza Mentral de esa comunidad, y ésta es una vivencia del como empezaron a darse las Corridas de Toros, precisamente en las Plazas centrales, a las que, tal como ocurre hoy en Arnedo les instalan graderías, tendidos, además de que los vascones y ventanales de los edificios albergan también a los cientos de aficionados. ¡Esto es Historia Viva de la Fiesta!

La “Crónica de una verdad increíble ” tituló Marco A. Hierro en la web “Cultoro” a lo ocurrido en Las Ventas durante la primera corrida de la nueva “Feria de Otoño”, así llamada  en Madrid.

Desconcertado el Presidente, aquí: Juez, de la corrida en su palco, se comunica por teléfono con sus asistencias de callejón. Aquí: suele ocurrir lo mismo, pero para pedir instrucciones a la empresa.

Una vez tomada la decisión, saca el pañuelo verde, que según el ritual y protocolo de allá anuncia, ordena la devolución del toro a los corrales. Difícil decisión  que tomó tiempo tomarla, se trataba del quinto de la tarde y su predecesor, el cuarto había ya, también dado muestras de mansedumbre e incluso debilidad,  echándose en el centro del albero, provocando enorme disgusto y protestas del respetable por lo que al Usia no quedo otra que devolver este que hacía quinto a corrales y que saliera un sobrero.

Memorable, imponente, de gran impacto el tumulto que a hombros levantó al torero Emilio de Justo quien literalmente y justo es decirlo “reventó” Las Ventas del Espíritu Santo en Madrid. Un torero pura verdad que hace apenas 2 meses era un autentico desconocido, pero que mata los toros con pura, pura verdad y eso le  hace desorejarlos.

 

 

Apenas 8 días antes en la Plaza francesa de Mont de Marssan recibió una cornada que le atravesó el muslo derecho, pudo ser intervenido quirúrgicamente, y de tal manera, que la lesión no tocó vasos ni desgarró músculos, de tal forma que saliendo del quirófano y por su propio píe subió al auto que lo llevó a Cáceres a ver y asistir al concluir el velorio de su padre que había muerto el día anterior, día de la corrida, antes del paseíllo, y despedirlo en su sepelio. En esta toma se le ve con la cara y las manos elevadas a las alturas en tierno y emotivo homenaje a su Padre, quien de seguro, desde el cielo, también disfrutó de su triunfo. Con la mirada fija en el cielo – Emilio luego lo dio a conocer  - “le dije a mi padre: lo hemos conseguido” y vaya triunfo.