La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a la región Puebla-Tlaxcala fue suspendida de última hora. Quienes habían interpretado el paso del mandatario por la escena local como un viaje de carácter político en el contexto de la designación de un gobernador interino en Puebla, se van a quedar con las ganas.

López Obrador tenía previsto arribar al vecino estado de Tlaxcala para poner en marcha el funcionamiento de la Secretaría de Cultura, en el edificio que alberga el Instituto Tlaxcalteca de Cultura en el centro de esa ciudad, que ha postergado su funcionamiento en dos ocasiones.

También pondría en marcha infraestructura carretera en el tramo carretero Tlaxcala-Apizaco y encabezaría la ceremonia de arranque de uno de los tres programas prioritarios del gobierno de la república que descansan en la Secretaría del Bienestar, que en los regímenes pasados se llamó Secretaría de Desarrollo Social.

Como carambola de tres bandas, la incapacidad de la súper delegada del gobierno federal en el vecino estado, Lorena Cuéllar para terminar el padrón de beneficiarios consistente en apoyos económicos a personas con discapacidad, adultos mayores y jóvenes sin empleo, terminó por enfriar calenturas ajenas que se padece en círculos políticos de Puebla.

De acuerdo con diversos testimonios en territorio tlaxcalteca, ese estado sería el primero de las entidades del país en arrancar programas emblemas de López Obrador por una razón estrictamente de números, y no políticos: Tlaxcala tiene la menor densidad poblacional en el país y, en consecuencia, el padrón más pequeño en el contexto nacional. La meta se incumplió.

Lo mismo sucedió con la Secretaría de Cultura. Anticipó operaciones en diciembre y no sucedió. Luego programó su apertura el lunes 7 de enero y tampoco ocurrió. En una entrevista a medios locales, el director del Instituto Tlaxcalteca de Cultura, Juan Antonio González Necoechea, “justificó la mudanza de la Casa de Música y talleres que se impartían en el Palacio de la Cultura a sedes alternas, porque se lleva a cabo un proceso de descentralización de las actividades y no por el arribo de la Secretaría de Cultura a la entidad”.

Al sistema informativo de FM Centro de Apizaco, el funcionario dijo que “algunas actividades que se estaban desarrollando en el Palacio de Cultura, ahora serán trasladados a sedes alternas que están a minutos de distancia. Por ejemplo, la Casa de Música ya está funcionando en lo que era la Casa del Artista, algunos talleres de la Casa del Artista y las actividades que ahí se desarrollaban se estarán realizando a partir de estas fechas en museos, en el Centro de las Artes y el Centro Cultural de Santa Ana Chiautempan, entonces digamos que las actividades permanecen, lo único que cambia es el sitio”.

La Cuarta Transformación del presidente de la república enfrenta escollos de carácter operativo y de logística. Sus principales funcionarios en la capital del país y los súper delegados en los estados han evidenciado impericia ostensible que ya obliga a redefinir la agenda del mandatario y de paso, especulaciones en Puebla, que habían interpretado su paso como la parada obligada para poner orden en la chiquillada de Juntos Haremos Historia, que siguen dándose hasta con la cubeta por un fugaz interinato.