En medio del descarte de posibles gobernadores interinos, todo indica que la carta fuerte del morenovallismo, Jesús Rodríguez Almeida se cayó por un tema de lógica elemental, no cumple con los requerimientos de ley.

De acuerdo con la Constitución del Estado de Puebla, para ser gobernador se requiere —ente otras cosas— ser poblano por nacimiento o tener esa condición después de acreditar una residencia superior a los 5 en Puebla.

¿Y qué creen?, pues resulta que ni una, ni otra.

Es decir, que quienes aseguraban que el humo blanco favorecía a Almeida, tendrán que buscar un nuevo prospecto.

Hoy, nuevamente no hay nada para nadie.

Morena y su asamblea patito

El secretario general de Morena en Puebla, Edgar Garmendia de los Santos, quiso sorprender a la militancia, el pasado domingo, citando a una sesión extraordinaria del Consejo Estatal, cuando por estatutos debió hacerlo el presidente del consejo, Saúl Papaqui. Pero eso no fue todo, ya que presumió que se había llegado a acuerdos que serán votados por el pleno para que sean ellos quienes elijan al candidato a la gubernatura, y que el aspirante tenga como mínimo dos años de militancia.

Es decir, que lo acordado en esta asamblea patito, lleva dedicatoria para Alejandro Armenta y el propio Luis Miguel Barbosa, o incluso Nancy de la Sierra, quienes estarían impedidos por un tema de antigüedad partidista.

Evidentemente, tipos como Garmendia de los Santos, hablan de apertura de dientes para afuera y buscan llevar agua a su molino sin entender hoy en Morena las grandes decisiones las toma “ya saben quién “.

Como en los tiempos de las tribus perredistas, Garmendia representa ahora al grupo radical de Morena que quiere quedarse con todo, asumiendo que es por ellos por quienes se logró ser la primera fuerza política en Puebla, sin pensar que la gente votó por Andrés Manuel y en donde la dirección de su partido fue prácticamente inexistente.

Además, para que se apliquen los supuestos cambios que ya aprobaron en esta ilegal sesión, que no fue citada por el presidente del consejo, se requiere que haya una modificación a los estatutos, y que estos sean aprobados por el Instituto Nacional Electoral, mismos que en el remoto caso de tener el visto bueno, se aplicarían hasta la siguiente elección.

Pero en su total ignorancia, estos rebeldes morenistas, olvidaron considerar que el órgano que decide el método para elegir al candidato no son ellos, sino la Comisión Nacional de Elecciones, la misma que les tiró su teatro en 2017 cuando ya habían elegido en una sesión de consejo estatal a sus candidatos, cerrando el paso a los demás aspirantes; en ese momento, aseguraban que el candidato a gobernador saldría de la terna Rodrigo Abdala, Abelardo Cuéllar Delgado y Alonso Aco Cortés, sin tomar en cuenta los acuerdos nacionales que en ese momento favorecían a Barbosa.

Por más que lo he venido escribiendo, la necedad del grupo rebelde de Morena se niega a entender que el candidato a gobernador será el que elija Andrés Manuel López Obrador. Nadie más.

Y mientras les avisan, todo en Morena seguirá siendo un circo.