Miles de migrantes centroamericanos permanecen en campamentos y albergues en Tijuana a la espera de una respuesta positiva a su solicitud de asilo en Estados Unidos. Algunos mexicanos, sin embargo, los miran con desconfianza y claman su pronta deportación. Las caravanas parecen haberse convertido en una pesadilla no solo para Donald Trump.  

La consigna “Fuera invasores”, repetida por nuestros compatriotas durante las manifestaciones de noviembre pasado en la ciudad fronteriza, nos parece sospechosamente familiar. Durante su campaña presidencial en 2015, así exclamó el ahora presidente estadounidense a los indocumentados mexicanos, a quienes también llamó criminales y violadores.

¿Qué es lo que ahora nos molesta tanto sobre la presencia de los migrantes? ¿Por qué parece manifestarse un patrón de rechazo ante los grandes desplazamientos humanos, ocurridos en Estados Unidos, México, Italia o Austria, que ha exaltado la xenofobia y propiciado el posicionamiento de discursos de ultraderecha? Arjun Appadurarai en El rechazo de las minorías señala que en los Estados-nación modernos, la migración a gran escala despierta ciertas incertidumbres que, en última instancia, pueden detonar lo que denomina “violencia etnocida”.

Notoriamente, existe un antes y un después del arribo a territorio mexicano de la multitudinaria caravana, manifestado no solo por los internautas, quienes pasaron de clamar “hermano migrante” a rechazar la presencia de aquellos que desprecian los bien intencionados alimentos provistos y que, al no hallar el consuelo del sueño americano, amenazan con permanecer para acaparar las fuentes de trabajo del país y aumentar los índices de delincuencia a su paso, argumentan.

Mientras, ante la advertencia del arribo de una nueva caravana, la Secretaría de Gobernación reiteró que esta vez se trabajará para que su ingreso "sea ordenado, seguro y controlado por las leyes mexicanas". Lo cierto es que los recientes y desesperados tránsitos migratorios a través del país algo han movido en nuestra percepción y entendimiento del “otro centroamericano”.

En su ensayo, Appadurai apuntó la trascendencia del cuestionamiento en las sociedades modernas sobre “quiénes pueden ser incluidos dentro de ´nosotros´ y quienes dentro de ´ellos´” cuando se habla de un legítimo derecho sobre “los bienes provistos por el estado”, como seguridad, vivienda y salud. Esta ansiedad invoca lo que llama lógica de la incertidumbre.

Por eso Trump, en su búsqueda por la presidencia y en sintonía con esta lógica, halló el argumento preciso para culpar con vehemencia y notorio éxito a los cerca de 30 millones de mexicanos en su territorio, de contribuir al colapso económico al tomar sus recursos y empleos. La consigna no deja de asimilarse con el lema de los manifestantes de Tijuana: “Primero nuestra gente”.  

Arjun Appadurai desarrolla una idea más escalofriante y que da forma a estas ansiedades: “bajo la misma idea de Estado-nación moderno subyace otra idea fundamental y peligrosa, la idea de una ´etnia´ nacional”. Así, lógica de lo incompleto hace hincapié en el temor que los números pequeños, las minorías, despiertan en una mayoría nacional establecida por aquel lazo de sangre.

No solo se trata de salvaguardar los recursos para “nuestra gente”, pues la misma presencia de aquel extranjero “el invasor” amenaza con derrumbar el ideal de pureza americana, mexicana o europea, según sea el caso. Recientemente, existe una sensación compartida pero censurada, que nos sugiere que por más que nos esmeremos en recibir y socorrer más caravanas migrantes, algún día ya no serán bienvenidas y tendrán que tomarse acciones para “defender nuestro territorio”, ya exclamaban en Tijuana.  

El encuentro entre la incertidumbre y el miedo a los números pequeños genera una riesgosa consecuencia: el etnocidio. ¿Estamos cerca de aquellos límites ejemplificados por Appadurai con la limpia judía de la Segunda Guerra Mundial y la violencia desatada hacia la comunidad musulmana de la India a principios de los noventa? Evitar que la historia se repita es y será nuestra responsabilidad.